Respeto, desliz, fuga y unión. Estas son las cuatro temáticas - cada una diferente pero a la vez debe establecerse un nexo entre ambas- que deberán representar las imágenes que presente el campeón del XXII Maratón Fotográfico. Las normas son claras: las instantáneas deben tener a Vigo como escenario o fondo, tienen que transmitir los temas señalados y cuentan con un 24 horas para inmortalizarlas. "Aquí está la magia de la fotografía, vamos a ver cientos de imágenes diferentes pero que para cada ojo tiene el mismo significado. Aporta muchos puntos de vista y a la vez te enriquece". Las palabras de Andrea Iglesias son compartidas por muchos de los amantes de la fotografía que se dieron cita junto a la plaza del Colegio de Arquitectos donde se dio la salida a este maratón. En total fueron más de 114 los fotógrafos profesionales o amateurs que se inscribieron en este programa. Veteranos, principiantes, en pareja o con perro incluido, no hay límite de participación; basta con tener buen ojo y, por supuesto, una cámara. ¿El objetivo común de este maratón? Conocer gente y disfrutar del hobbie que los une: la fotografía.

Así lo reconocía un viejo conocido de este proyecto, el siete veces participante y dos veces ganador Antonio Gutiérrez. Este vigués guarda un truco en la manga para asaltar de nuevo lo más alto del cajón. "Yo intento que exista coherencia entre las 4 fotos, me gustan las imágenes artísticas pero sobre todo que tengan coherencia entre sí", explicaba este fotógrafo profesional. Estar en contacto con otros aficionados de obturadores y diafragmas es otro de los atractivos de este maratón. "Conocer a gente que vive la fotografía como yo o la incertidumbre de los temas es lo que cada año lo convierte en diferente y más atractivo", señala Gutiérrez.

La rivalidad está servida entre los cientos de participantes, especialmente entre dos de ellos aunque lo niegan. Fernando y Lucía Vidal, padre e hija, participan por primera vez y la ilusión es sin duda su mejor carta de presentación. "A mí me llaman mucho más las fotografías de naturaleza y a ella las urbanas, como por ejemplo en Príncipe otras calles concurridas", comentaban los Vidal antes de empezar. Diego Villar y Miguel Ángel Costa también se decantan por otros escenarios como sus lugares predilectos de la ciudad. "Las Islas Cíes, la costa, el puente de Rande... a todo lugar se le puede sacar un gran partido, toda imagen puede tener belleza", revelaban.

Además de grandes y muy buenos profesionales entre los participantes, fueron muchos los estudiantes que quisieron animarse y hacer sus pinitos en la fotografía. Es el caso de Itziar Liz, de 14 años. A sus espaldas solo tiene un cursillo de imagen pero ya se considera una enamorada de su cámara. "Me gusta mucho la fotografía porque me permite expresar mis sentimiento; aún no tengo mucha soltura, pero me gusta mucho", explicaba esta adolescente. Junto a ella también participaban los jóvenes Álex Priego y Martín Pua de 16 años. Para el primero son los lugares abandonados los que sacan su mejor faceta tras el objetivo. "Me gustan también los retratos pero en especial los sitios abandonados, lugares como la Panificadora son inspiradores", revelaba el joven.

Originalidad y frescura fueron algunas de las pautas que recomendaron desde la organización. Será hoy a las 14.00 cuando se termine la carrera por los cuatro costados de Vigo. Los tres ganadores optan a premios de 1.00, 500 y 300 euros respectivamente.

Antonio Gutiérrez | Siete años participando

"La incertidumbre de los temas es lo que cada año lo convierte en diferente y atractivo"

Fernando y Lucía Vidal | Padre e hija participan juntos

"No vamos a competir entre nosotros, a mí me tira la naturaleza y a ella los espacios urbanos"

Álex Priego y Martín Pua | Dos amigos aficionados

"Nos decantamos por los retratos o fotos de espacios abandonados como la Panificadora"