El gobierno local y la Consellería de Medio Ambiente se dan hasta el viernes para adoptar nuevas medidas contra la sequía. Los responsables de Augas de Galicia han solicitado al Concello de Vigo que "certifique" a lo largo de esta semana que, como defienden, ha llegado a su tope de ahorro antes de autorizar la reducción del caudal de salida de las presas de Eiras y Zamáns. De forma complementaria, ambas administraciones se comprometieron ayer a estudiar una nueva fuente de suministro que garantice el abastecimiento a los municipios de la comarca. En los próximos días técnicos municipales y de Augas de Galicia perfilarán el diseño de "una infraestructura hidráulica provisional o de emergencia" para trasvasar agua directamente desde el río Verdugo a la traída municipal.

"Estamos empezando a enfocar en serio el gravísimo problema de la sequía. Salgo esperanzado porque vemos una actitud de colaboración en la conselleira que ojalá la hubiéramos detectado hace un mes", valoró el alcalde de Vigo, Abel Caballero, a la salida de la primera reunión de alto nivel celebrada en Santiago y a la que acudieron él, la conselleira Beatriz Mato, el director de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez, el concejal de Fomento vigués, David Regades, y el propio gerente de Aqualia, José María Ardoy.

El mensaje con el que acudió Vigo fue la necesidad de tomar medidas de forma inmediata para incrementar el nivel de las presas de Eiras y Zamáns teniendo en cuenta que la ciudad "ha llegado a su límite de ahorro". El gobierno local suprimió los baldeos, el riego de zonas verdes, campos de hierba sintética, redujo el consumo de agua en piscinas, cerró las duchas y lavaderos en playas, eliminó consumos no esenciales en colegios y de instalaciones decorativas en Vigozoo. Pero el alcalde insiste en que estas medidas no son suficientes para garantizar el consumo a largo plazo y que la Xunta estaba siendo "negligente" al confiarlo todo a las precipitaciones de otoño.

Así lo expresó ayer por la mañana, antes de decidir que acudiría personalmente a Santiago para abordar el tema con la titular de Medio Ambiente y el director de Augas de Galicia. La ciudad está desde hace un mes en alerta por sequía y tiene suministro garantizado para "entre 75 y 80 jornadas", pero si no llueve con intensidad podría activar la segunda fase de emergencia de "escasez severa" en la primera semana de diciembre.

El Concello reiteró ayer su petición de que se autorice la rebaja del caudal de salida de Eiras a 150 litros/segundo y el de Zamáns a 5 l/s. Caballero dio por hecho a la salida del encuentro que se aplicará esta medida el pasado viernes al igual que se hizo en 2011 "en una situación mucho mejor". Pero desde Medio Ambiente le pidieron al gobierno local y a Aqualia que "certifiquen" que no pueden rebajar más los consumos no esenciales antes de revisar el acaudal ecológico de los ríos por "riesgo" de dañar el ecosistema natural.

Solo "cuando se constante una reducción en actividades de ocio o usos industriales se tomarán otras medidas como reducir el daudal ecológico", apuntan desde el Ejecutivo gallego, que se agarra a las prioridades fijadas en el Plan Hidrolóxico de Galicia. La primera es el abastecimiento humano, seguida de los ecosistemas naturales, en tercer lugar la ganadería, en cuarto la acuicultura y los aprovechamientos hidroeléctricos y, solo en quinto lugar, la industria.

En sentido contrario, Caballero defendió ayer que las firmas implantadas en el área de Vigo son ya "eficientes" en el consumo de agua y por eso insistió en agilizar una solución infraestructural que ayude a salvar la situación. Por el momento, la Consellería de Medio Ambiente se compromete a estudiar en los próximos días "posibles alternativas para poner en marcha una infraestructura hidráulica provisional que garantice el abastecimiento" en el área incrementando el aporte de caudal a través de un trasvase puntual que podría realizarse desde el Verdugo.

Por ahora, mantienen su negativa a la ejecución de un azud permanente como sigue solicitando Vigo por entender que serían necesarios seis meses de ejecución y "no se cuenta con margen suficiente" para incidir en la actual situación de sequía. "Tampoco es una solución para el abastecimiento a meido y largo plazo", puntualizan desde el Ejecutivo gallego, que apuesta por alternativas más inmediatas.

La buena noticia es que tras un mes de duros desencuentros, se ha abierto un diálogo para buscar la mejor fórmula para trasvasar agua de forma puntual a la red viguesa y queda ahora por definir los detalles y el punto exacto en el que se ejecutaría la conexión. "Quedamos de analizar la mejor solución técnica e intercambiar ideas el próximo viernes", informaron ayer a última hora desde Medio Ambiente, que convocará ese día a todos los alcaldes de la cuenca Galicia Costa para evaluar si se ha cumplido el objetivo conjunto de rebajar el consumo de agua un 10% en los últimos diez días y seguir explorando medidas para prolongar la vida útil de los recursos embalsados.

Vigo expondrá sus alternativas en ese encuentro del viernes, aunque no renuncia a la ejecución del azud para prevenir nuevos episodios de sequía en el futuro y dado que su coste de entre cuatro y cinco millones de euros sería "asumible", en su opinión, para la Xunta. Caballero cuenta con que antes del fin de semana se puedan bajar las compuertas de Eiras y Zamáns para ahorrar agua y reprocha a Medio Ambiente que no adoptase esta decisión cuando se pidió hace un mes: "Hubiéramos ahorrado agua para 30 días más", defendió el alcalde.