El Puerto de Vigo afrontará en los próximos meses uno de los tráficos más intensos de transportes especiales registrados hasta la fecha por el repunte en la exportación de grandes estructuras fabricadas en el área de Vigo. La voluminosa caravana comenzará a llegar este diciembre para ir creciendo de forma progresiva hasta alcanzar una frecuencia de tres convoyes por semana.
Para asegurarse de que permanecerá despejado el acceso a los muelles por As Avenidas, uno de los pasillos más utilizados por los vehículos que trasladan estas gigantescas piezas, las compañías ya avanzaron las fechas aproximadas de los embarques a los responsables de operaciones de Praza da Estrela. Todavía temen que sus mercancías acaben aguardando en fábrica durante semanas como, aseguran, sucedió este año mientras permanecía ocupado el entorno del Náutico por la celebración de eventos. Así que aplauden abiertamente la decisión de la Autoridad Portuaria de reducir a solo dos los festivales autorizados (Marisquiño y Vigo Sea Fest) en este ámbito.
Pero la fuerte intensidad del tráfico de transportes especiales que vivirá en 2018 la terminal viguesa obliga a reforzar la coordinación entre Puerto y empresas con el objetivo de descartar que se repitan esa clase de contratiempos o surja cualquier otro. Solo los contratados por Citic Censa, una planta que genera el 50% de esos convoyes, suman más de 80 que trasladarán hasta pie de muelle molinos de minería y piezas offshore, los productos estrella de la fábrica radicada en Porriño. Estructuras de dimensiones y peso muy variado (desde 80 hasta 250 toneladas) que se embarcarán rumbo a Rusia, Chile, Estados Unidos, Australia y Norte de Europa. "Van a venir muchos barcos y habrá muchos transportes, lo que potenciará al Puerto de Vigo", incide su director general, Juan José Agulla.
Dependiendo de las características de la carga, los transportes especiales deben elegir entre las distintas opciones para adentrarse en el recinto portuario. Como referencia, de las 154 piezas recibidas entre enero y octubre de este año, 63 lo hicieron a través del casco urbano y siguiendo el trazado de las viejas vías del tren por el entorno del Náutico. El resto entraron y salieron por la autopista AP-9 o el segundo cinturón (VG-20) dado que sus dimensiones no requerían siquiera de dispositivo adicional de tráfico como es el caso de las moles producidas en Porriño.
Estas estructuras necesitan también de un barco de gran porte que por su calado no puede atracar en cualquier muelle, como tampoco todas las superficies portuarias soportan movimientos de ese tonelaje. Por estas razones, las zonas de Comercio y Transversal se han convertido en las habituales para abordar estas delicadas operaciones. En caso de que el Puerto de Vigo contase con más áreas en los muelles comerciales que permitiesen estos movimientos el problema de acceso seguiría siendo el mismo al contar solo con uno, As Avenidas. Además, tampoco las empresas podrían reservar esos espacios con antelación puesto que suelen conocer la llegada exacta del barco con apenas unas semanas de antelación.
El intrincado dispositivo sigue después del muelle
- Firmas veteranas en la conducción de transportes especiales como Doniz -mayoritaria en la actividad portuaria de Vigo- saben que la complejidad de operar en los muelles comerciales con estructuras como las de Censa no acaba con el embarque. Por sus enormes plataformas, muchos de estos vehículos deben abandonar el ámbito de los muelles por el mismo camino que usaron para acceder, así que también necesitan que el pasillo de As Avenidas esté libre otras 24 horas al menos.Aunque la odisea de estos transportes comienza en la sede de la planta por la infinidad de obstáculos que deben sortean en su recorrido por la autovía A-55 y hasta la Avenida de Madrid. Aquí es donde se complica más el dispositivo al poner rumbo a Beiramar. Normalmente el transporte ya transita en este punto bordeando los muelles, y así continúa, tras retirar medianeras y bolardos, hasta la escultura del Nadador de Leiro. En este punto el vehículo con la gigantesca pieza rueda lentamente y, por fin, directo hacia la entrada portuaria, ubicada entre el edificio de El Tinglado y el de Zona Franca en Praza da Estrela.
Juan José Agulla - Director general de Citic Censa Porriño
"Se retrasaron dos barcos porque el acceso lo ocupaba un evento; esto ningún cliente lo entiende"
Citic Censa fue una de las empresas perjudicadas por la prolongada ocupación del ámbito de As Avenidas a causa de la celebración continuada de eventos lo que impidió la entrada de sus mercancías a los muelles. "Tuvimos que retrasar dos buques porque estaba ocupado el acceso. Esto ningún cliente lo entiende, y sobre todo que se deba a la celebración de un festival", razona su director general, Juan José Agulla.
Por eso aplaude con énfasis la medida de reducir el número de actividades en ese ámbito "porque con esta decisión lo único que ha hecho el Puerto de Vigo es defender los intereses del Puerto y de la industria del área de Vigo". Tampoco entiende que se intentase polemizar con este asunto "máxime cuando existen otras alternativas para desarrollar eventos de esta clase sin perjudicar a las empresas".
En cualquier caso, Agulla quiere expresar su agradecimiento a la Autoridad Portuaria de Vigo "por su apoyo y sensibilidad" con las demandas de una empresa que vive "un momento de muchísima actividad". Como muestra de sus formidables previsiones, el director general aporta un dato: "Ahora estamos con el proceso de selección de 90 empleados".
