El obispo Luis Quinteiro Fiuza quiere que la concatedral sea "la iglesia de referencia para todos los vigueses". Además de promover su candidatura para que el templo sea declarado basílica por el Vaticano, Fiuza trabaja para poner en valor su imagen.

"La Colegiata ya es concatedral y debe ser la iglesia madre de la ciudad. Su importancia ha crecido bastante en los últimos años y debe seguir haciéndolo. Se están derivando confirmaciones y bodas para destacarla por encima de otras. Todos los vigueses deben tener conciencia de ello.", reconoce el obispo, quien destaca su trascendencia a lo largo del año. "Acoge la procesión del Cristo de la Victoria, uno de los grandes regalos que tiene esta urbe", apostilla.

El tímpano de la iglesia de Santa María de Vigo fue la única pieza que sobrevivió al pirata Francis Drake, a las tropas napoleónicas y a la demolición del templo a comienzos del siglo XIX provocada por la explosión del polvorín del castillo de San Sebastián.

Sin embargo, la concatedral conserva numerosos elementos de gran valor. Uno de ellos es su órgano, que data de 1909 y fue construido por el maestro organero López de Alberdi. Debido su deterioro por el paso del tiempo, lleva años parado. Hasta ahora. Concello y Diputación firmaron este verano un acuerdo para arreglarlo y afinarlo, algo que se producirá en los próximos meses.