Casi por sorpresa, el puerto de Vigo recibió esta mañana la visita del Black Watch, cuya compañía, la noruega Fred Olsen, organiza todos los años un "Mistery Cruise" en el que el pasaje desconoce de antemano que puertos va a visitar. El buque zarpó de Harwich, al Este de Inglaterra, el pasado 31 de octubre y antes de arribar a Vigo había pasado por Avilés y Ferrol.

Para sus 699 pasajeros mayoritariamente británicos, por cierto, todos adultos ya que para esta salida no estaba permitido el embarque de menores, el desconocer el recorrido de nueve noches por el que han pagado entre 1.400 y 3.100 euros, no representa ningún contratiempo. Al contrario, lo ven como un aliciente más para embarcarse.

De hecho, a bordo se organizan apuestas sobre la ruta que seguirá el barco, algo que tan solo conoce el capitán y un par de oficiales. La única certeza que tiene el pasaje es que el barco los devolverá a Harwich el 10 de noviembre. Y en medio de esa incertidumbre, a primeras horas de la tarde el Black Watch soltó amarraras prosiguiendo su enigmática ruta. El próximo año el Black Watch volverá a repetir. Será un viaje en el que de nuevo el misterio de su singladura está garantizado para sus pasajeros

Este ha sido el antepenúltimo crucero del año en Vigo. Tan solo quedan pendientes las escalas de Braemar, el próximo día 20, y Magellan, en escala inaugural, el 21 de diciembre.