Al puerto pesquero de Vigo le esperan unos meses complicados. Miembros del amplio universo de empresas vinculadas a la actividad de O Berbés -armadores, vendedores, comercializadores, subastadores...- consultados por este periódico alertan de "perniciosas" consecuencias por la operación Govi, la investigación de la Guardia Civil sobre la descarga y pesca ilegal que descubrió un supuesto entramado de chivatazos de inspecciones a cambio de regalos. Como efectos más negativos de estas pesquisas, los empresarios contactados avanzan una oleada de controles en estos muelles combinada con un "exceso de celo" por parte de los funcionarios encargados de ejercerlos, dependientes de distintas administraciones como la Xunta (Sanidade y Pesca), Gobierno central (Agencia Tributaria) y de la UE.

Como ocurre desde que el lunes se practicaron las primeras detenciones -las de cuatro policías portuarios, un capataz de la cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) y una intermediaria; los seis quedaron en libertad tras declarar ante el juez-, en O Berbés se respira tensión e impera el silencio. "Hay preocupación e inquietud. Es un asunto muy delicado", excusa la mayoría. Algunos empresarios sí accedieron a hablar pero desde el anonimato y con escasa autocrítica. Admiten que son incapaces de explicar el porqué de esa mala fama que envuelve el funcionamiento de las lonjas, esas interioridades que todos quienes han trabajado alguna vez allí aseguran que mejor conviene callar. "En todos los sectores hay prácticas que si no estás en el meollo pueden sorprender, pero para nada merecen que te lleven esposado al juzgado", zanjan.

Sin valorar cualquier supuesta ilegalidad, advierten que "se desviarán buques a otros puertos cuando comienza la época de mayores ventas por las Navidades". Como primeros afectados señalan a dos de los principales, aparte de las empresas radicadas en O Berbés: la Cooperativa de Armadores, que como prestadora de servicios en el puerto pesquero, más del 50% de sus ingresos proceden de las descargas de los barcos; y el Puerto de Vigo, porque a menos buques, menos tasas cobraría.

Basándose en este negativo pronóstico, los operadores consultados se declaran sorprendidos por el análisis del "cooperador necesario" en la investigación, como definen al presidente de la Autoridad Portuaria. Enrique López Veiga reconoció así la colaboración con la Benemérita: "Es un caso serio y por eso cooperamos". Y en declaraciones ayer a Radio Vigo volvió a reiterar su convicción de que ningún colectivo debe temer por estas investigaciones. "Lo mismo que digo para los policías también para los armadores, se trata de casos puntuales con responsabilidades individuales", recalcó. Los empresarios discrepan por completo. "Esta investigación provoca un impacto enorme en la imagen del principal puerto pesquero de Europa y en la ciudad de Vigo, y no solucionará nada que no pueda conseguirse a través de otros cauces", apuntan sin aclarar a qué se refieren. De nuevo restan importancia a las supuestas ilegalidades que constan detalladas en tres tomos de la instrucción judicial, en buena parte apoyados en siete meses de escuchas telefónicas. "¿Semejante revuelo por 300 kilos de pescado incautado en flota de altura? Es de coña", critican.

"Pagarán justos por pecadores"

Para estos operadores "ahora viene lo peor" por ese supuesto aumento de las inspecciones sobre los barcos y las descargas en O Berbés. Desde el puente de uno de los buques habituales de este puerto auguran que "pagarán justos por pecadores". Si cumplen las normativas respecto a las especies permitidas y las tallas del pescado nada debieran temer. "En teoría. Ya sabes lo que ocurre cuando un guardia de Tráfico te quiere buscar las cosquillas. Pues eso, que acaba multándote", compara.

Sería solo una pequeña consecuencia económica de la temida oleada de controles. A esa primera sanción suman la ralentización de las descargas y de las ventas perjudicando al final a toda la operativa. Con esta expectativa, un veterano comercializador alerta de lo que podría suceder: "Pues lo mismo que con el PIF de Guixar, que de tanto celo y trabas de los funcionarios han acabado espantado a los importadores. A Coruña estará frotándose las manos".