De toda la intervención desarrollada en la madrugada del lunes por la Guardia Civil en O Berbés, un comportamiento concreto de los agentes llamó mucho la atención. "Revisaban las cajas. Primero las que estaban en un barco y luego en las del otro. Se fijaban en todas, las cargadas y las vacías", explican estos testigos.

Fuentes conocedoras del funcionamiento del puerto pesquero de Vigo informadas por este periódico del grado de detalle con que los guardias supervisaban los recipientes la noche de las detenciones, no se sorprenden en absoluto, tanto que aseguran rotundos: "Las cajas podría ser una importante clave de la investigación". Por esta razón tampoco les ha extrañado que entre los arrestados figure uno de los empleados de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). Subrayando de antemano la presunción de inocencia que merece este trabajador -como así lo reclamó también a través de este periódico el presidente de la entidad, Javier Touza-, recalcan que entre los servicios que presta la cooperativa figura el de la distribución entre los asociados de cajas para el transporte y posterior venta en lonja del pescado.

Pero el reparto y devolución de estos recipientes no siempre ha propiciado el objetivo esperado: un control exhaustivo de las capturas. Un operador lo resume así: "Sí hay control sobre las que pide cada barco pero es débil sobre de las que se devuelven", lo que alienta, a su juicio, "toda clase de trampas" como la comercialización en negro de capturas por encima de las cuotas o incluso de especies prohibidas.

El descontrol sobre la circulación de estos recipientes con el anagrama de ARVI marcado en rojo alcanzó tal magnitud que aún hoy sonroja a quienes recuerdan cuando la cúpula de la cooperativa no tuvo más remedio que abordar el asunto. Y es que un análisis interno había constatado la desaparición de más de 9.000 cajas. Pese a esta sospechosa pérdida, nada se hizo por investigarla. Y aunque sí se adoptaron medidas para que no se volvieran a repetir -como la colocación de un chip-, este servicio vuelve ahora a estar en la picota. Esta vez, por la Guardia Civil.