La Xunta de Galicia esperará la conclusión de los técnicos de Augas de Galicia antes de pronunciarse sobre la petición realizada desde el Concello de Vigo de reducir hasta el caudal mínimo el volumen de agua expulsada desde las presas de Eiras y Zamáns hacia los ríos que se nutren de ellas. La Consellería de Medio Ambiente tampoco se plantea por el momento la propuesta del alcalde de realizar un trasvase de agua desde la confluencia del Oitavén y el Verdugo. Se trata de un proyecto que las dos administraciones llegaron a debatir en 2011, pero que quedó aparcado por las diferencias de criterio entre los alcaldes sobre el punto en que debía realizarse el enganche y si era más conveniente trasvasar agua directamente a la red de abastecimiento general o enviar esos recursos a los embalses. El criterio del Ejecutivo gallego es que, pese a la "preocupante" situación, habrá que esperar la decisión de los técnicos de Aguas de Galicia para anunciar un paquete de medidas para las seis zonas de la Cuenca Galicia-Costa que han activado planes de emergencia y restringido el consumo de agua.

"Las propuestas de carácter técnico deben hacerlas los técnicos", sentenció ayer la conselleira Beatriz Mato tras participar en un acto con el consejero delegado de Ecoembes. La responsable autonómica reconoció que la situación es "delicada" y garantizó que las medidas a adoptar saldrán de un estudio objetivo de la situación. "Desde Augas de Galicia llevan desde el viernes valorando la situación junto a técnicos de estas seis zonas afectadas y a partir de los resultados de esta mesa de diálogo que acaba hoy se propondrán las medidas a adoptar", explicó la popular a preguntas de los periodistas.

Medio Ambiente entiende que habrá que analizar el estado de cada embalse de forma pormenorizada y no tienen por qué aplicarse soluciones idénticas en todo el territorio gallego. Lo que se deduce de sus palabras es que por el momento no entra en los planes de la consellería modificar los niveles de agua que se vierten desde Eiras y Zamáns a los ríos. "Antes de reducir hasta el caudal ecológico se pueden tomar otras medidas", insistió Mato ayer por la mañana.

La Xunta quiere hacer "lo que digan los técnicos" y mientras espera indicaciones se están intensificando los controles sobre el nivel de los embalses y el caudal de los ríos y mantendrá reuniones quincenales con los alcaldes "para tener capacidad de adelantarnos con propuestas acordadas entre todos". El domingo el nivel de los embalses de Vigo rondaba el 45% y hoy se espera conocer el dato exacto que proporciona cada semana Augas de Galicia para saber con exactitud el volumen de agua almacenada y los días de suministro que tienen Vigo y los municipios del área que se abastecen de Eiras y Zamáns. El plan de emergencias se activó cuando los recursos llegaron a 104 jornadas y habría que llegar a tener solo agua para 70 días para pasar al siguiente nivel de "escasez severa" que implicaría medidas mucho más restrictivas.

Mato confía en que esa situación no se produzca porque, como explicó ayer, a la situación de "emergencia" oficial solo se llegaría "si no llueve en 90 días". "Malo será", puntualizó optimista. Sin embargo, el alcalde de Vigo prefiere adoptar medidas preventivas de inmediato y reclamó por carta a Feijóo que se retome el proyecto de desviar agua desde las confluencias de los ríos Verdugo y Oitavén que ya fue debatida en 2011. "El proyecto se paralizó y debemos retomarlo. Creo que el coste sería asumible para la Xunta", defendió ayer Caballero sobre una conexión por bombeo o que aproveche la gravedad del terreno que hace seis años llegó a cifrarse en alrededor de 15 millones de euros. Desde el Concello apuestan por esta solución a largo plazo para estar prevenidos ante posibles sequías en el futuro, pero por ahora Medio Ambiente no se pronuncia al respecto.

Las previsiones meteorológicas tampoco son muy esperanzadoras. Meteogalicia avanza la entrada de una borrasca que dejará precipitaciones a partir de mañana por la tarde, pero será "lluvia intermitente y como mucho hasta el sábado" porque el domingo se espera la llegada de otro anticiclón. Serán cuatro días "de tiempo inestable" pero sin lluvias fuertes y no llegarán para recuperar los embalses.

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