El Concello quiere extremar las precauciones al máximo para evitar que la sequía acabe vaciando los embalses de Eiras y Zamáns hasta cotas críticas. Ambos estaban ayer en torno al 45% de su capacidad. Tras activar la semana pasada el estado de "alerta" una vez que las presas quedaron con un nivel de agua que solo garantizaría el suministro durante 100 días, el alcalde, Abel Caballero, anunció ayer que ha solicitado ya a Augas de Galicia (dependiente de la Consellería de Medio Ambiente) que reduzca "al mínimo" el caudal que se expulsa hacia los ríos Oitavén y Zamáns como medida de ahorro. "Hemos solicitado el caudal ecológico mínimo y, aunque aún no nos lo dieron, nos lo van a dar", aseguró convencido de ello durante una visita para supervisar el estado del embalse de Zamáns en la que estuvo acompañado del director de Aqualia, José María Ardoy, y de los concejales Santos Héctor y Javier Pardo.

El caudal ecológico hace referencia al agua que es precisa para garantizar la supervivencia del cauce de los ríos. En el caso del embalse de Eiras, que abastece al 91% de Vigo pero también a Redondela, Cangas, Moaña, Soutomaior, Porriño, Gondomar, Mos, Nigrán o Salceda, su aliviadero está ahora vertiendo al Oitavén 380 litros por segundo. El Concello, al igual que ya ocurrió en 2011, ha pedido que se rebaje a 150. En el caso de Zamáns podría quedarse en solo 5 de los 15 litros por segundo que expulsa normalmente. "El río tiene que seguir viviendo, pero queremos irnos al mínimo ecológico y seguir tomando medidas de precaución hasta que haya previsiones de lluvia", remarca el regidor olívico.

Y aunque Meteogalicia prevé que esta semana regresen las precipitaciones, concretamente el miércoles, Caballero avanzó ayer que con las previsiones actuales no contribuirán a mejorar en gran medida la situación de los embalses y, por lo tanto, el nivel de "alerta" se prolongará al menos hasta la siguiente. "Bienvenida sea la lluvia, pero no es suficiente. Va a llover sensiblemente, pero no hay una previsión que pudiéramos decir que en los siguientes 10 ó 20 días la presa va a estar en un nivel elevado y podamos bajar la guardia", advirtió.

Consejos a los ciudadanos

Aunque siempre bajo la premisa de tranquilidad y con el convencimiento de que en los próximos 100 días durante los que hay agua garantizada acabará lloviendo y restaurándose la normalidad, el alcalde volvió a lanzar un mensaje a los ciudadanos para que limiten el consumo. "Debemos ahorrar. Porque en este momento el agua es un bien escaso en Vigo y, por lo tanto, tenemos que hacer un consumo responsable en nuestro día a día, aunque sin renunciar, por supuesto, a lo que habitualmente hacemos", dijo. Entre los ejemplos citó el cierre de los grifos mientras se enjabonan los platos, el uso de lavadoras y lavavajillas con la carga máxima o restringir los riegos al mínimo posible.

De hecho, el regidor olívico aseguró que tanto el Concello como Aqualia llevan ya cuatro meses tomando medidas. Entre ellas, citó la reducción de la presión del agua por las noches para reducir los niveles de pérdidas en caso de fugas, la vigilancia constante o la realización de purgas. Caballero también destacó el papel de las humanizaciones y el cambio y mejora de toda la red de abastecimiento para evitar las citadas fugas. "Con esto que ya llevamos realizando hace tiempo le ahorramos un 12% a la capacidad de Eiras", cifró.

Peores años

Aunque la situación actual de los embalses ha obligado a activar el nivel de "alerta", el alcalde aseguró ayer que Vigo no está padeciendo todavía su año más crítico. "La sequía de 2011 fue peor. Teníamos menos agua de la que tenemos ahora. La situación es difícil, pero estaríamos más preocupados si en lugar de en octubre estuviéramos en junio, porque lo normal es que en otoño llueva", razonó. De hecho, Caballero retrocedió todavía más, hasta 2003, para apuntar que hubo situaciones todavía peores. "Aquel año bajamos hasta el 35%. Por lo tanto, tuvimos situaciones sensiblemente peores que la de ahora. Pero queremos curarnos en salud e ir ahorrando agua", razonó.

Caballero apuntó además que esta situación "no es exclusiva" de Vigo y que el resto de ciudades gallegas también la están padeciendo. "Nosotros queremos que la población lo sepa; no me tiembla el pulso en advertir cuál es la situación", concluyó.