La próxima semana directivos del centro de Vigo de la multinacional francesa Grupo PSA visitarán la planta de Opel en Figueruelas para intercambiar experiencias en una sesión de benchmarking similar a la que responsables de Opel-España realizaron en Balaídos a finales de septiembre, según ha podido saber FARO. Esta acción es un buen ejemplo de la integración de factoría zaragozana en el polo ibero-marroquí que pilota Vigo, aunque desde el consorcio que preside Carlos Tavares se insiste en que las plantas de Opel tienen independencia para diseñar su propia hoja de ruta, eso sí, siempre que logren equiparar sus niveles de rentabilidad a los de PSA.
Lo cierto es que hoy por hoy Vigo y Figueruelas, pese a tener una dimensión y capacidades similares, están aún muy lejos en términos de competitividad. Los costes laborales, de aprovisionamiento, producción y logísticos de Balaídos son inferiores a los Zaragoza, al igual que los de desarrollo y lanzamiento de nuevos productos, según indicaron fuentes del sector. Por eso el grupo francés exige a Figueruelas y al resto de plantas de la marca germana antes propiedad de General Motors que apliquen una "política agresiva de optimización" en toda la cadena de valor: "Reducción de costes laborales y plantilla indirecta y de oficinas, flexibilidad productiva y horaria, reducción del tiempos de fabricación de vehículos en los nuevos proyectos y compactación de los edificios y espacios productivos".
