Air France-KLM aterrizó en 2004 en Vigo gracias en buena parte a la factoría del Grupo PSA. Se convirtió en la ruta internacional más emblemática de Galicia y llegó a tener cuatro aviones diarios en cada sentido y más de 100.000 viajeros en un año. Pero el espectacular crecimiento del aeropuerto de Oporto, las ayudas a Lavacolla y Alvedro, y la falta de apoyos para permitir la pervivencia de esta conexión en Peinador ha derivado hacia Portugal a la mayoría del pasaje que la utilizaba en Vigo. Y PSA y todos los proveedores de la automoción fueron de las primeras empresas que tuvieron que prescindir del aeropuerto olívico. Un claro ejemplo de la situación actual son los autobuses cargados con decenas de técnicos de Francia desplazados a Vigo para preparar el lanzamiento de las nuevas furgonetas K9 que se están enviando cada semana a Sá Carneiro desde la factoría de Balaídos para ir desde y hacia París.

Pero esta conexión a Charles de Gaulle no solo era vital para la automoción. También era la puerta al mundo desde Vigo para sectores importantes para la economía local como el de los armadores y la pesca. Y, aunque otras aerolíneas han cubierto el hueco dejado, como TAP vía Lisboa hacia África, otros continentes, como Asia, han quedado sin apenas cobertura desde Vigo tras la marcha de Air France-KLM.