Un fallo técnico en la malla metálica que soportará la nueva cubierta ondulada de Río obliga a desmontar el módulo central instalado hace tres semanas y a revisar cada uno de los elementos del gigantesco armazón de acero. Desde el gobierno local hablan de un "daño acotado" que a la vista de los últimos informes no va a afectar al encuentro que se disputa el domingo contra el Atlético de Madrid, pero que inevitablemente ocasionará un retraso en los plazos. Es todavía pronto para aventurar un nuevo calendario. Estaba previsto realizar esta mañana el desmontaje de una de las cinco piezas de más de 60 toneladas que empezaban a dar forma a la grada. Pero finalmente la operación se aplaza hasta mañana jueves. El problema se detectó el lunes por la tarde. Los obreros localizaron trece barras de acero sueltas de sus anclajes precisamente en el módulo central que es el primero que se ascendió a la grada.

El alcalde precisó ayer que se trata de trece barras sueltas de las más de 3.000 que integrarán la futura estructura en su conjunto, de la que quedaban por ascender las dos últimas secciones laterales. La empresa guipuzcoana que la fabricó tiene ya sobre el terreno a un equipo de técnicos para supervisar la zona afectada y el resto de la cubierta. Solo se bajará el módulo afectado en las próximas horas. Al parecer, por las últimas informaciones facilitadas, una de las esferas que ensamblan las barras de acero se resquebrajó, pero "el resto de la pieza está asegurada", acaba de actualizar Abel Caballero.

"Se están analizando los condicionantes externos como el viento y la variación de la temperatura, revisando la trazabilidad de cada barra y de las esferas que las unen y los procesos de fabricación y de montaje para identificar qué ha fallado", destacó Abel Caballero ayer a mediodía al dar a conocer este contratiempo. La propuesta del gobierno local fue desde el primer momento asegurar la parte que presentaba piezas sueltas y bajarla para estudiarla en detalle.

"Lo primero es garantizar la estabilidad de toda la estructura", incidía el regidor a la espera de obtener más información por parte de los técnicos. Ninguna de las trece barras metálicas llegó a desprenderse, pero como medida preventiva se retiraron las primeras planchas metálicas de la cubierta instaladas en los últimos días "para sacarle peso" y se izó ayer un soporte adicional con una grúa para "estabilizar" la parte dañada y evitar más desperfectos durante el proceso de desmontaje previsto para la mañana de hoy.

Por el momento se desconocen los motivos del fallo y la petición del Concello a la adjudicataria es "conocer cuanto antes si el resto del armazón está suficientemente asegurado" para decidir si se continúa con el montaje de la cubierta o se paraliza el izado de los dos módulos que faltan a la espera de reparar el dañado. Sin un diagnóstico definitivo, el alcalde dio ayer por sentado que "la obra se retrasa algo debido a los inconvenientes surgidos", aunque por ahora evita detallar cuánto y avanzó que hoy se contará con más datos. Estaba previsto que la cubierta se finalizase en los últimos días de octubre y la reforma del conjunto de la grada para final de año.

Desde el Concello son optimistas y acaban de avanzar que el partido del domingo frente al conjunto de Simeone no se verá afectado por lo ocurrido. Se jugará sin el módulo central de la cubierta. La reforma que ejecutan el Concello y la Diputación se adjudicó a Copasa por 5,5 millones de euros, pero la estructura metálica se encargó a la firma vasca ONDDI, distinta a la que fabricó la de similares características para Tribuna.

Desde la ingeniería se remitieron ayer a las declaraciones del alcalde y se limitaron a confirmar que desplazaron a un equipo técnico a Vigo. La empresa tiene docenas de proyectos industriales, deportivos y de comunicaciones finalizados y en marcha en España y países como Panamá o México, donde interviene en la red de metro.