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Emprendedor total

Enrique Lorenzo nació en Vigo en 1892 y se convirtió en uno de los hombres más importantes de la ciudad

Enrique Lorenzo

Enrique Lorenzo Docampo nació en Vigo en el mes de noviembre de 1892 y se convirtió en uno de los emprendedores más importantes de la ciudad. Su frenética actividad en varios ámbitos fue determinante para que se desarrollaran numerosos proyectos a lo largo del siglo pasado. Falleció en el mes de noviembre de 1981 y su legado se convirtió en uno de los más importantes de la urbe. Factorías Vulcano es uno de los ejemplos que muestran su intención de buscar lo mejor para la ciudad. Construyó la empresa desde cero y con una gran pasión, según aquellos que lo conocieron. Pero Enrique Lorenzo también tendría importancia en la política y en los deportes. Su vida se caracterizó por intentar siempre progresar a pesar de las dificultades.

Hijo y nieto de ferroviario, sus primeros años los dedicó de forma intensa a los estudios. Una pasión que le llevó incluso a acudir a clases por la noche en la Escuela de Artes y Oficios. Encontró trabajo en la estación de tren de Vigo, aunque pronto mostró su inquietud emprendedora. Al igual que muchos gallegos de aquella época, fue emigrante. Estuvo durante varios años en Argentina, donde llegó a trabajar en una óptica. Aprendió varias lecciones importantes. Regresó a Vigo con 23 años.

Se inició entonces una apasionante etapa en su vida. Se convirtió en un empresario que sorteó numerosas dificultades y que trató de llevar la prosperidad a la ciudad. Siempre con el estandarte de la lucha. Se encontró con personas claves para llevar adelante sus proyectos. Lodovico Morlón fue una de ellas. Ambos crearon un taller para la reparación de las calderas de vapor que usaban los barcos de pesca y también las máquinas de ferrocarril. Lo que se inició siendo una modesta empresa fue creciendo hasta convertirse en una de las más importantes de la ciudad. También Florencio García, un ingeniero naval, se convirtió en un referente para Enrique Lorenzo.

Ese taller fue el comienzo de su carrera empresarial. El trabajo era cada vez mayor y, según las crónicas de la época, llegó a tener más de cuarenta trabajadores. Los empresarios comprendieron que debían ampliar sus instalaciones y se fueron hasta La Vulcano, una de las zonas de Vigo. Allí fundaron lo que se conoce como Factorías Vulcano, una empresa que se dedicaba a la construcción de barcos y que llegó a tener en sus mejores épocas a 800 trabajadores.

Sin embargo no todo fue prosperidad. Las sucesivas crisis provocaron que fueran embargados varias veces. La pasión que ponía Enrique Lorenzo y su capacidad de maniobra quedaron puestas de manifiesto en numerosas ocasiones. La guerra civil española también supuso otro momento clave en la empresa. El astillero, que ya era muy importante, pasó a ser militarizado. Enrique Lorenzo recibió el cargo de teniente coronel de artillería.

Poco a poco se fueron ampliando los proyectos de Factorías Vulcano. De barcos de pesca se pasó a grandes buques. La empresa crecía a un ritmo vertiginoso y su prestigio era inmenso incluso a nivel internacional. Pero no pudo superar la última gran crisis, ya sin Enrique Lorenzo al frente de la misma.

El vigués emprendedor dejó un legado histórico inmenso. Además de sus proyectos, como la creación de otras empresas, entre ellas una de conservas, también se dedicó a la política. Durante siete años fue presidente de la Diputación de Pontevedra, un cargo que le costó más de un disgusto. No pudo ser alcalde de Vigo y tampoco logró formar parte de su corporación. Fundó el Vulcano de balonmano, el Aero Club y también la Escudería Rías Baixas.

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