Los primeros seis kilómetros del Corredor do Morrazo -entre la rotonda de Domaio y la salida de Meira- fueron cerrados al tráfico ayer a las diez de la mañana, con puntualidad británica y sin salirse del guión previsto. Pasada ya la hora punta de la mañana, el cierre no ocasionó retenciones inmediatas en las carreteras interiores de la comarca, ni en la PO-551 ni en la N-554 que accede a la rotonda de entrada al puente de Rande desde Vilaboa. La circulación fue fluida incluso entre las dos y las cuatro de la tarde, cuando la Guardia Civil de Tráfico ordenó el paso por la rotonda de Domaio. Apenas en la bajada de Meira de Arriba, coincidiendo con el cruce con la carretera general, hubo colas de varios minutos. Mayores problemas se registraron a partir de las siete de la tarde, con la hora de regreso desde Vigo de miles de morracenses que trabajan al otro lado de la ría.

El Corredor estará cerrado hasta mayo, cuando se abrirán al tráfico los dos primeros tramos con características de autovía. En este tiempo se desarrollarán las obras de desdoblamiento del túnel de Montealegre. Para paliar los efectos de este corte se reforzará el transporte marítimo de ría, con un aumento de las frecuencias de los barcos, así como el servicio de ambulancias en O Morrazo.

Tercer tramo

En cuanto al tercer tramo, que inicialmente preveía un corte total del tráfico durante un mínimo de 2 meses, la Xunta ha optado por una solución alternativa para no retrasar la obra. Consistirá en un desvío provisional por otro carril próximo en la zona donde es preciso llevar a cabo voladuras.

El pasado junio, la Xunta y los ayuntamientos de Cangas, Moaña y Bueu acordaron variar el trazado de la autovía para preservar el castro de Montealegre, lo que implica la realización de este cierre.

Los estudios técnicos realizados por la Agencia Gallega de Infraestructuras certificaban la viabilidad de ampliar el túnel de Montealegre en lugar de hacer un segundo para construir la autovía.