La aspiración de la Autoridad Portuaria de convertir a Vigo en uno de los principales puntos de redistribución ( hub) de la producción automovilística podría contar con un relevante aliado: la marca Renault. Altos ejecutivos de esta multinacional francesa recorrieron ayer las instalaciones de la terminal Ro-Ro de Bouzas en una visita guiada por directivos de la naviera Suardiaz que concluyó en un encuentro con la cúpula de Praza da Estrela donde revelaron la intención de aumentar los flujos de exportación de los vehículos fabricados en sus plantas españolas, radicadas en Palencia y Valladolid.
La marca del rombo inició en 2015 un vínculo comercial con el puerto de Vigo a raíz de la puesta en marcha de la autopista del mar entre Bouzas y Nantes-Saint Nazaire (Francia), cuando esta conexión funcionaba entonces con solo dos escalas semanales (ahora tiene cuatro). A partir de este momento, la presencia en la explanada boucense de los modelos producidos por Renault en las factorías castellanas -Captur, Mégane y Kadjar- aumentó de forma progresiva y en la actualidad la marca exporta cada año desde Vigo hacia Francia en torno a los 10.000 unidades.
Estos coches llegan primero en tren a Porriño y desde aquí se transportan en camión hasta Bouzas, una logística que todavía se complica más por la irregular organización de la actividad ferroviaria de mercancías en este trazado, como han criticado en varias ocasiones las organizaciones empresariales. Precisamente la falta de una conexión ferroviaria directa con la terminal Ro-Ro surgió a colación ayer en la reunión en Praza da Estrela con los ejecutivos de Renault, donde el presidente Enrique López Veiga se limitó a explicar el conocido planteamiento, relegado a un muy largo plazo, de habilitar el tren mediante la Salida Sur.
La intención de Renault pasa por aumentar el uso del transporte marítimo en detrimento del terrestre para cumplir con ese casi obsesivo objetivo de reducir al máximo las emisiones de CO2 generadas por el tráfico, como así lo admitieron sus ejecutivos en la sede portuaria. Estos no concretaron en qué medida se beneficiaría de su estrategia el puerto de Vigo, que junto al de Santander son los principales que usa la marca francesa. En cambio, el hecho de que estuvieran acompañados por representantes de Suardiaz hace pensar que las negociaciones que esta naviera, como ha reconocido públicamente, mantiene con la marca gala dirigidas a aumentar sus volúmenes en Bouzas -tanto de exportación de los coches salidos de las plantas castellanas como de importación de los fabricados en Francia- podrían estar a punto de fructificar. Teniendo esto en cuenta no resulta tan sorprendente que el presidente de esta armadora española, Juan Riva, desvelase el pasado mes en Vigo que ya se planteaban añadir una escala más a la semana, la quinta, a la autopista del mar.
Sin olvidar los flujos que llenan estos barcos, aportados por la factoría de PSA en Balaídos, poco a poco los coches de Renault ganan visibilidad en estas bodegas. A los de las plantas castellanas se añaden los 300 Dacia que la planta de Renault produce en Tánger. Estas unidades llegan a Vigo en el Ivan, el barco que cubre la extensión a Marruecos de la autopista del mar, y después de unas horas estacionados en la campa, son transbordados en el buque de la línea de Suardiaz rumbo Francia.
