En Londres, los famosos y elegantes coches negros de la London Taxi Company. En Nueva York, los amplios, robustos y vistosos vehículos amarillos con letras negras, mil veces reproducidos en el cine. Y en Vigo, los coches blancos con los dos triángulos rojos de la bandera vinilados sobre el capó. Los taxis de la ciudad están a punto de ser tan característicos e inconfundibles, tan dotados de "personalidad propia", como lo pueden ser sus colegas londinenses o neoyorquinos. En breve plazo, el Concello plantea dar luz verde a una modificación de la ordenanza municipal que obligará a todos los autopatronos de la ciudad a lucir la bandera olívica en los capós de sus coches. El cambio, además de homogeneizar la flota, permitirá que los vehículos sean perfectamente reconocibles, lo que a su vez ayudará a atajar el intrusismo. Por esa razón el presidente de la principal asociación del gremio en Vigo, Manuel Chorén, destacaba ayer las ventajas de la medida.

Una vez que la Junta de Gobierno local dé luz verde al cambio en la ordenanza del taxi, los autopatronos dispondrán de tres meses para colocar los dos triángulos rojos sobre el capó de sus vehículos. La medida se aprobará para el más de medio millar de licencias que operan en el municipio, que sumarán ese nuevo símbolo a los elementos que ya identifican los taxis olívicos, como el pequeño escudo de la ciudad que lucen en las puertas delanteras o la pegatina de colores que muestran en el lateral trasera y revela cuál es su turno de descanso.

Los vehículos autorizados que ya operan como taxis tendrán que incluir ese vinilo y aquellos que se vayan incorporando a la flota deberán hacerlo con el nuevo distintivo. La normativa municipal que regula el funcionamiento del servicio de taxi ya establece algunas pautas sobre el aspecto de los vehículos. Por ejemplo, regula que en las puertas delanteras deben lucir el anagrama del Concello de Vigo, también la visibilidad del número de licencia o que la capacidad mínima debe ser para cinco personas. En el momento de su puesta en funcionamiento como taxi tampoco pueden tener más de dos años ni pasar de los 20.000 kilómetros.

Con el nuevo vinilo el Ayuntamiento busca un doble objetivo: ahondar en la homogeneización de la flota y atajar el intrusismo, un problema que -asegura Chorén- supone un serio contratiempo para el gremio local. El responsable de la asociación mayoritaria de autopatronos explica que a día de hoy todos los taxis del área lucen una estética similar y que hay vehículos con licencia de otros municipios vecinos que recogen y dejan clientes en Vigo, algo que -recalca Chorén- no permite la normativa. "Es un problema grave", zanja.

Desde el Concello reconocen que las similitudes entre los taxis de Vigo y municipios de la comarca llevan a algunos casos de "intrusismo" y apuntan que ya se está trabajando para controlarlo. El nuevo distintivo del capó delantero del coche -tomado directamente de la bandera de la ciudad- hará también más reconocibles los taxis con licencia olívica, lo que ayudará a atajar otros problemas que sufre el colectivo, como los taxis piratas. En 2011 el sector llegó a denunciar la presencia de "decenas" de este tipo de vehículos, que prestan servicio de transporte de clientes sin ningún tipo de autorización de las administraciones ni regulación.