Los controles y vigilancia en las carreteras gallegas se han endurecido en los últimos años donde no solo se hace especial hincapié al consumo de alcohol y drogas o al exceso de velocidad sino también se persiguen las maniobras antirreglamentarias: desde hablar por el móvil, hasta no hacer uso del cinturón de seguridad o saltarse un ceda el paso o un semáforo en rojo, así como adelantamientos indebidos. Si bien algunas se cometen de forma intencionada, muchas veces pueden ser fruto de la pérdida de las condiciones necesarias para una conducción segura por motivos. Esta situación es más habitual en personas de avanzada edad, así en la la Oficina local de Tráfico de la DGT de Vigo se iniciaron en 2016 una treintena de expedientes de pérdida de vigencia del permiso de conducción por descenso de aptitudes psicofísicas a personas mayores de 65 años.

La pérdida de facultades visuales, auditivas, enfermedades físicas o psicológicas o falta de coordinación están detrás de esta circunstancia. Aunque alguno de estos expedientes se forjan al no superar los usuarios los exámenes psicotécnicos a los que están llamados cada cinco años -y en determinados permisos cada tres-, es la vigilancia diaria de los agentes en los viales de la comunidad y provincia la que insta a estas revisiones extraordinarias. Así lo aprecia también el fiscal de Seguridad Vial en Galicia Carlos Gil. "Normalmente si los agentes de Tráfico actúan en este tema es porque en su vigilancia diaria observan este tipo de problemáticas en determinados conductores", señala el fiscal gallego, quien apunta que "los juzgados" o incluso "los propios familiares" también ponen de manifiesto la falta de capacidades o destrezas de algunos conductores.

La normativa prescinde de un límite de edad para la renovación de los permisos. La fecha de nacimiento no es importante, siempre que el conductor supere las pruebas que acreditan sus "aptitud psicofísica" para llevar el volante de un automóvil. De este modo, la DGT busca un seguimiento de las condiciones físicas y cognitivas de los ciudadanos en la carretera. Así, en los últimos años se incrementó el número de conductores que "bien por parte de la Guardia Civil" o por las "policías locales", fueron propuestos para una revisión extraordinario de sus facultades al apreciarse que podrían estar afectados "por una pérdida notable de sus facultades". "Las autoridades administrativas de Tráfico las que requieren a estas personas para se sometan a estas pruebas y determinar su pueden seguir conduciendo o no. El número de 31 expedientes solo en Vigo da buena muestra de que es una cuestión sobre la que están muy pendientes", matiza Gil.

Si bien el fiscal considera que "no sería necesario" acortar el tiempo de vigencia de las revisiones, sí aboga por que estas pruebas sean más duras. "Es necesario que por algunos de los centros de reconocimiento de conductores se realicen los controles de una manera más exigente, como ya la mayoría hacen", sostiene el fiscal de Seguridad Vial de Galicia.