Piezas centroeuropeas, brasileñas, procedentes de distintos rincones de África y de Vietnam. El Concello acaba de aceptar la donación de una interesantísima colección de instrumentos tradicionales de muy diversas regiones del mundo. El fondo también incorpora dos piezas menos exóticas pero muy valiosas: un piano Rönisch y una gaita fabricada por Antón Corral en ébano con incrustaciones en marfil y anillos en plata. El grupo de técnicos seleccionados por la Concejalía de Cultura para registrar cada pieza y comprobar su estado de conservación cifró el valor conjunto de la donación en 15.700 euros.

Los artífices de esta cesión son Puri del Palacio y Manoel Soto, que tras comprobar que nadie en la familia continuaría con su afición por la música, descartaron la venta de este pequeño "tesoro" y optaron por "darle continuidad cediéndolo a la ciudad con el fin de que los alumnos de las escuelas municipales puedan practicar con sus instrumentos, experimentar nuevos sonidos o al menos conocer las piezas que se destinen a exposición y no a la práctica diaria", explicaba ayer por la tarde el exalcalde de Vigo a FARO.

El expediente aprobado por el gobierno local aclara que la donación es "permanente, gratuita e incondicional". Los instrumentos están depositados temporalmente en la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMAO) hasta que se le asigne un destino definitivo. Algunos irán para la Escuela de Música y otros por su singularidad solo se expondrán.

La gaita de Corral es la pieza económicamente más valiosa, pero la más personal es el piano heredado por Puri del Palacio de su abuela, una conocida pianista. El resto de las piezas fueron compradas por la familia en viajes de ocio y trabajo, mayoritariamente. Difícil quedarse con las favoritas. "Hay una pieza preciosa, un laúd que me traje de Vietnam cuando los occidentales aún no podían entrar en el país gracias a un socio de origen vietnamita", recuerda Soto sobre uno de los instrumentos de cuerda más sorprendentes, aunque con igual entusiasmo habla "de un trombón que me traje de Praga cuando fui a ver al Celta jugar allí". Las historias se entrelazan y algunas piezas sobresalen como un charango con la caja de resonancia hecha con el cuerpo de un armadillo, salterios, ocarinas, guayos mexicanos o kalimbas africanas.

Pese a la "ruptura" que supone deshacerse de todo el fondo instrumental, Soto asegura que están convencidos "de que tendrá un buen destino" en manos de estudiantes de música de Vigo.