Un año de prisión. Es la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo al constructor Carlos Rocha por alquilar a una pareja una vivienda de Baiona de la que él no era titular. La juez lo ve responsable de un delito de estafa con la agravante de abuso de confianza y la atenuante de reparación del daño, ya que consignó 750 euros antes del juicio. Rocha tiene otra pena de 6 meses de cárcel por el caso de la red de blanqueo de Juan Carlos González Martín, Culebra.

Ocurrió en 2013. El titular de la vivienda contactó con el acusado -que se la había vendido en 2010- para que reparara unas humedades que habían aparecido en la casa. Según la sentencia, una vez que el condenado tuvo las llaves ofreció la vivienda en alquiler a una pareja y se formalizó el contrato de arrendamiento. Cuando el acusado comunicó al propietario que había arreglado las humedades de la casa, la inmobiliaria contratada por el dueño para alquilarla descubrió que había otros inquilinos en su interior. Contra la sentencia, de 28 de julio, cabía recurso.