La Universidade de Vigo está superando una época de estancamiento en lo que se refiere a la acogida de estudiantes extranjeros y está confirmando "una senda de crecimiento" que prueba que la institución "es cada vez más atractiva" fuera de las fronteras españolas.

Así lo expuso el vicerrector de Extensión Universitaria e Relacións Internacionais, Manuel Fernández Iglesias, encargado de dar la bienvenida oficial a los 300 alumnos foráneos que, hasta el momento, se han matriculado en el campus de Vigo de la universidad para el recién inaugurado curso académico.

A estos hay que sumarle otros 84 que se formarán en centros de Pontevedra y Ourense. Del total, 84 se quedarán todo el curso, 276 optaron por el primer cuatrimestre y 24 por el segundo. Con todo, para este último periodo la matrícula continúa abierta hasta finales de año, por lo que el vicerrector confía en que, finalmente, se superen los 541 estudiantes que en el periodo 2016/2017 pasaron por alguno de los tres campus.

Al margen de los 300 que estudiarán en Vigo, 59 lo harán en Pontevedra y 25 en Ourense. Casi el 63% de la cifra global son mujeres, 241 frente a 143 hombres, según los datos ofrecidos por la universidad.

El programa que aporta el mayor caudal del alumnos sigue siendo el Erasmus, aunque a través de otras iniciativas similares y convenios bilaterales llegan también decenas de alumnos. Por países, Italia es el principal caladero de 'erasmus', hasta 81, seguida por los 61 de Alemania y los 37 de Francia. México se sitúa cerca, con 32, gracias a un convenio específico con el país norteamericano.

Satisfechos con la elección

De todos los centros de la universidad, el que acapara la mayor cantidad de estudiantes de intercambio es la Facultad de Filología y Traducción, con 132 jóvenes de 17 nacionalidades. Le sigue Ciencias Económicas y Empresariales con 52 y la Escuela de Ingeniería Industrial, con 45.

Los estudiantes que asistieron al acto de bienvenida se mostraron muy satisfechos con la elección de la Universidade de Vigo y de Galicia. Algunos de ellos llevan en la ciudad semanas de adaptación, que les está resultando muy sencilla. "Se come muy bien y la gente es muy simpática y siempre está dispuesta a ayudar", comenta Luca Marotta, que, como buen habitante del Mezzogiorno italiano, no está tan contento con la niebla. Otra compatriota, Laura Ligato, que estudia Traducción e Interpretación y ya domina el español porque estudió en Argentina, destaca que Vigo le permite la posibilidad de aprender gallego y portugués.