La Universidad de Vigo acoge hoy la apertura oficial del curso académico en Galicia con un acto solemne en la Facultad de Económicas al que asiste el presidente de la Xunta y los tres rectores gallegos. Horas antes del encuentro, Salustiano Mato, que finaliza su mandato el próximo mes de mayo, desgrana las novedades en los campus de Vigo, Ourense y Pontevedra, fija los retos de futuro de la institución y valora el "salto definitivo" que supondrá para el Campus del Mar su desembarco en la ETEA. El rector vigués sitúa como nuevos "deberes" de "la universidad del siglo XXI" la creación de riqueza y empleo en su entorno inmediato.
-¿Cómo evoluciona la matrícula en el curso 2017/2018?
-Estamos ya al 85% de ocupación y quedan aún cuatro plazos de solicitud. Las cifras son algo mejores a las de años anteriores y rozaremos el 100%. Somos la universidad gallega con más ocupación.
-Las dobles titulaciones tienen una gran demanda y la Universidad de Vigo es la que menos oferta. ¿Intentará corregirse este dato?
-Es un efecto estadístico que no nos obsesiona. Las plazas para quienes estudian dos títulos de forma simultánea se detraen de la oferta individualizada de los grados, son muy pocas y se agotan. Pero es mucho más significativa la demanda de titulaciones como Ingeniería Aeroespacial, donde entran los mejores y aún queda mucha gente fuera.
-¿Se trabaja en la unión de más titulaciones a medio plazo?
-Se están perfilando algunas combinaciones en el campo científico y se implantarán en la medida en que detectemos una necesidad específica en el mercado. Somos la universidad gallega que menos dobles titulaciones tenemos porque no miramos las estadísticas. Creemos que deben ser útiles a la sociedad a largo plazo y no fruto de una moda. Si hay opciones de mejora como ocurrió en Ourense con Turismo e Historia, lo haremos.
-¿Se sigue la misma política en la oferta de másteres?
-La oferta de grados debe ser más prudente mientras que la de másteres es más variable y nos permite adaptarnos con más facilidad a las novedades del mercado. En Galicia somos los que menos títulos ofrecemos, pero con más alumnado. Buscamos másteres únicos que especialicen a los graduados en campos muy demandados como el nuevo de Ciberseguridad. Hay que adaptarse a la demanda social sin caer en modas y evaluando la utilidad estructural de las titulaciones.
-¿Comparten entonces la postura de la Xunta de no ampliar el mapa de titulaciones?
-Completamente. El tamaño del sistema universitario gallego es adecuado a la demanda. Lo que se trata es de adaptar y mejorar el mapa de titulaciones. No se puede mantener un grado sin alumnos y dejar de impartir otro que sí interesa. No podemos obligar a un joven a irse fuera de la comunidad debido a que en Galicia no le ofrecemos los estudios que necesita. Éste es el motivo por el que se implantó Ingeniería Aeroespacial en Ourense y la filosofía que debe regirnos.
-La novedad más inmediata en Vigo será Ingeniería Biomédica. ¿Qué pasos le quedan por dar a la nueva titulación?
-Está ya en marcha pendiente de pequeños trámites administrativos para empezar a impartirse en el curso 2018/2019.
-¿Qué aportará al mapa de titulaciones vigués?
-Es el resultado de un trabajo iniciado hace seis años con el Vigo Tecnolóxico, con cuatro patas en telecomunicaciones, aeroespacial, industria y energía y, por último, la bioingeniería. Nosotros apoyamos que hubiera una única titulación fuerte de Medicina en Santiago siempre que utilizara los recursos de todos los hospitales de Galicia y debemos buscar la complementariedad con esa titulación y reforzar las capacidades académicas de Galicia apostando por nuestro punto fuerte que es la tecnología, volcando las ingenierías en ofrecer soluciones al mundo sanitario. La medicina se apoya cada vez más en la tecnología y ahí estará Vigo.
-El gran reto de las universidades es profundizar sus relaciones con el sector privado. ¿Avanza Vigo en este camino?
-Logramos un crecimiento espectacular en lo que consideramos la misión fundamental de la universidad del siglo XXI: transferir su conocimiento para resolver los problemas de los ciudadanos en su vida diaria. Esta universidad fue pionera al especializar sus tres campus para atender mejor las necesidades de cada territorio. De ahí nació el Campus Crea en Pontevedra, el Campus da Auga de Ourense, el Vigo Tecnolóxico y el Campus do Mar pensando en la Eurorregión. Tenemos más agrupaciones estratégicas que ninguna otra universidad, colaboramos con el Puerto, creamos con Zona Franca y las empresas del sector el Centro de Innovación Aeroespacial de Galicia (Cinae) e interactuamos con todo el entorno para crear ecosistemas reales físicos de innovación.
-En mayo apostaba por convertir las universidades en centros de empleabilidad. ¿Cómo se logra?
-Las universidades debemos ser más proactivas en la creación de riqueza y empleo de calidad siendo capaces de retener y captar talento. Debemos convertirnos en agentes de desarrollo local. Los deberes de la universidad del siglo XXI han cambiado y son cuatro: formar con calidad a los nuevos profesionales, ser excelentes en la investigación, ser capaces de transferir ese conocimiento para resolver problemas sociales y asumir como una obligación la necesidad de que nuestros graduados ingresen rápido en el mercado laboral. No nos financian por eso, pero la empleabilidad debiera ser un factor fundamental. Por eso aumentamos las prácticas en empresas, los programas de emprendimiento y buscamos un contacto continuo del alumno con el mundo real en proyectos como los satélites o la escudería universitaria. Ahora mismo debemos tener 3.000 convenios con empresas.
-Para avanzar por ese camino, ¿contarán con más presupuesto el próximo ejercicio?
-Estos han sido los ocho años más difíciles del sistema universitario gallego a nivel económico y nuestros resultados demuestran que nos merecemos más. Un euro que entra en la universidad es un euro que se multiplica. Los recursos públicos no son suficientes y eso nos ha obligado a ser más eficientes, racionalizar el gasto y ser muy activos buscando ingresos propios. El 32% del último presupuesto eran recursos que conseguimos en convocatorias. Llegamos al 48% si le sumamos la parte de la Xunta que viene por objetivos y que todavía es insuficiente. Aplicamos un modelo de gobierno y de universidad que está siendo aplaudido por sus resultados en España y en Europa.
-¿Qué supone para la Universidad haber logrado la ETEA para el Campus del Mar?
-Será la consolidación definitiva del Campus del Mar y hará posible la llegada de otra pieza fundamental: el CSIC. El Campus del Mar se podrá afianzar y tendrá garantizada su continuidad, pero lo más importante es la revolución que supondrá para la ciudad en cuanto a la visibilización de sus sectores empresariales vinculados al mar y sus productos en todo el mundo.
-¿Cuántos científicos trabajarán allí?
-La agrupación estratégica reúne a más de 3.000 de diversas universidades e instituciones, de los que alrededor de 500 son de la Universidad de Vigo.
-¿Hay fecha para el inicio de la reforma del Faraday?
-Va lanzado. Los trámites ante notario aún se concluyeron en agosto, este mes se resolverá el concurso arquitectónico y ya preparamos la licitación de la obra.
-¿Están resueltas las dificultades técnicas de la nueva sede de la Universidad en O Berbés?
-El proyecto está desatascado. Se retrasó por problemas con Patrimonio pero la obra arrancará de forma inmediata.
-¿Podrán trasladarse en 2019?
-Sin duda.
-¿Por qué aún no se ocupó la nueva sede de Areal?
-Ya tenemos el despacho y la sala de reuniones disponible y ahora que arranca el curso los incorporamos a la agenda. Es importante que se visibilice a la Universidad en el centro.
-¿Da por reconducidas las relaciones con el Concello?
-Nunca hubo una mala relación, sino una visión distinta sobre cómo resolver un problema y los fuimos convenciendo de que solo había un camino viable para implantar el Campus del Mar en la ETEA.
-¿Hay fecha cerrada para la exposición del Pergamino Vindel y un programa de actividades?
-Hay varias fechas clave cerradas que ya iremos contando. A finales de septiembre acudiremos a Nueva York para recogerlo y a principios de octubre se presentará la exposición en Vigo y arrancarán los eventos paralelos que estamos organizando con la Xunta. También buscamos la colaboración con concellos del área para divulgar su valor.
-¿Está cerrado ya el dispositivo para trasladarlo?
-Es delicado, pero The Morgan Library & Museum está satisfecha y se está dando una imagen muy profesional de las instituciones gallegas. Viajará en valija diplomática y todos los contratos están cerrados. Nos ayudará a reescribir mejor la historia de nuestra identidad como pueblo gallego.
-Éste es su último año como rector por la limitación de mandatos. ¿Comparte la norma?
-Fui yo quien la propuso en su día a la comisión de estatutos. Me parece lo más sano aunque como en este caso haya equipo con capacidad y proyectos para continuar otros ocho años. Hay que dar oxígeno y poner límites.
-¿Qué ha sido lo más duro de esta etapa y lo más positivo?
-La ley Wert fue una cuchillada. En Vigo enderezamos las cuentas en dos años y justo cuando podíamos empezar a crecer nos puso impedimentos para hacerlo. A eso se sumaron las limitaciones a la tasa de reposición de efectivos de Montoro. Salir adelante fue muy duro. Fue una injusticia porque pagamos todos el desenfreno de unos pocos. Por el contrario, lo mejor y más importante es dejar las infraestructuras para que la universidad siga captando recursos externos y un nuevo modelo de gobernanza. El próximo ejecutivo tiene todos los elementos para continuar con este modelo, sobre el que no veo discusión. Y quedan encauzadas piezas importantes como la sede de O Berbés, la ETEA, la sede del Campus Crea en Pontevedra y el Cinae con Zona Franca.
