El tren que descarriló en O Porriño hace un año carecía del sistema de seguridad que podría haber evitado el siniestro. El convoy accidentado portaba el denominado ASFA Analógico, un dispositivo que no frena el convoy si el maquinista confirma haber visto las balizas que le advierten de que debe reducir la velocidad. Su versión más moderna, el ASFA Digital, adecua la marcha del tren a la velocidad máxima permitida, con independencia de que el maquinista responda o no. Como el técnico que iba a los mandos del tren descarrilado confirmó las balizas, el ASFA analógico no intervino y el convoy alcanzó los 118 km/h en un tramo limitado a 30 km/h. Desde entonces existe el compromiso de usar solo ASFA digital en la línea, si bien en ocasiones puntuales sigue usándose su versión antigua con apoyo de un jefe de maquinistas.