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Los vigilantes del mar

El Centro Oceanográfico de España cumple cien años de su presencia en Vigo

Imagen de la sede viguesa del centro ubicado en Cabo Estai. // FdV

Fue el 2 de septiembre de 1917 cuando el Centro Oceanográfico de España se instaló en Vigo. Fue la culminación de un largo proceso. Este organismo se había creado tres años antes para el estudio y el control de todos los aspectos relacionados con el mar. Vigo se convirtió en una de las ciudades importantes gracias a la constancia de Odón de Buen, el encargado del proyecto a nivel nacional. Su presencia resultó fundamental por muchos motivos. El empeño del Ayuntamiento y también las numerosas visitas que realizó Odón de Buen durante los meses previos.

La falta de sardina aceleró todo el proceso. Los marineros de aquella época se quejaban de la falta de esta especie. El doctor en ciencias naturales por la Universidad de Madrid recibió la comunicación del Ayuntamiento de Vigo para pronunciar una conferencia en la ciudad. Se quería buscar explicaciones y respuesta a una situación complicada. Los empresarios que regentaban las fábricas de conservas estaban muy preocupados. Además, la economía local dependía casi totalmente de la actividad portuaria. No había casi industrias y además se había realizado una reestructuración del modelo de pesca. Se introdujeron nuevas normas que provocó numerosos conflictos. También se llegaron a acotar zonas de pesca.

Odón de Buen pronunció una multitudinaria conferencia a la que asistieron numerosos trabajadores del mar y empresarios. Fue uno de sus primeros actos en Vigo. En el mismo se pudo comprobar que era un adelantado a su tiempo. Habló de la necesidad de controlar las especies marinas y también de investigar la ubicación de nuevos bancos de pesca. Con ello se facilitaría la labor de los marineros.

La conferencia fue un éxito. Tanto que el Ayuntamiento de Vigo propuso crear un centro de investigación en la ciudad. Odón de Buen aceptó el reto, pero pidió ayuda. El Centro Oceanográfico de España comenzaba su andadura y tenía pocos recursos.

Los responsables municipales se comprometieron a buscar un lugar. Incluso estaban dispuestos a pagar un alquiler. Se tardó varios meses en encontrarlo. Tenía que estar cerca del mar. Se llegó a firmar un convenio con la Sociedad de Salvamento de Náufragos para ocupar parte de sus instalaciones. Esta institución contaba con una gran logística. Las obras de acondicionamiento de las dos plantas, una de oficinas y otra de laboratorio, las pagó la Junta de Obras del Puerto. El Ayuntamiento pagaba el alquiler y también un conserje. Su sueldo era de 2,5 pesetas al día.

Fernando de Buen Gonzalo fue el primer director. Viajaba con frecuencia a Vigo, ya que también ejercía esta labor en el centro de Madrid. El trabajo desarrollado por los expertos tuvo repercusiones inmediatas. Ofrecían consejos y analizaban de manera constante el pescado, las aguas de la ría y descubrían nuevos caladeros. Fernando de Buen Gonzalo estuvo tres años al frente del organismo.

El paso del tiempo convirtió al centro en un lugar de referencia a nivel nacional. Tanto que necesitó ampliar sus instalaciones. En 1943 se trasladó a los soportales del Berbés ubicados en Orillamar. Y en 1974 pasó a estar en el centro de la ciudad, al final de la calle Pontevedra. Fue en 1986 cuando se decidió la construcción de la actual sede en Cabo Estai. Dos edificios componen el complejo. Es uno de los nueve que existen en la actualidad en España y en el mismo trabajan 140 personas.

Su labor a lo largo de su historia queda reflejada en una abundante documentación oficial. Fue pionero en realizar estudios sobre el rodaballo a finales de los años 70. Ha realizado numerosos proyectos y es considerado como uno de los más prestigiosos incluso a nivel internacional.

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