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Vigo relanza su gancho para atraer vecinos

En 2016 la ciudad ganó mil nuevos residentes llegados de fuera -Es el mayor repunte desde 2008 y el mejor resultado de las urbes gallegas -La inmigración extranjera aumentó un 40%

Peatones en la calle Príncipe. // Marta G. Brea

Vigo refuerza su "gancho" para atraer vecinos de otras urbes y pueblos gallegos, regiones del resto de España e incluso países extranjeros. En 2016 la ciudad logró su mejor saldo migratorio -la diferencia entre las personas que inmigraron y emigraron- desde 2008 y uno de los mayores de las dos últimas décadas y media. Los datos divulgados ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE) muestran que a lo largo del año pasado dejaron Vigo para mudarse a otros lugares casi 6.900 personas, mientras otras 7.900 completaron el viaje en sentido inverso -dejaron sus ciudades, pueblos, comunidades y países para instalarse en Vigo-. El saldo migratorio se sitúa así en un millar de personas. Muy por encima del alcanzado en 2015 (75) y de los ejercicios anteriores. En 2010 y 2012, de hecho, el balance fue claramente negativo: a lo largo del primer año dejaron Vigo 400 personas más de las que se instalaron; y el segundo, la diferencia rozó las 300.

Hay que remontarse a 2008, cuando la crisis aún no había obligado a cientos de familias a emigrar a otras regiones en busca de empleo, para encontrar un balance mejor. Entonces se habían empadronado en la ciudad 1.145 personas más de las que se borraron del censo vigués para mudarse a otras urbes, regiones y países.

El resultado logrado el año pasado no solo destaca si se compara con los anteriores. También llama la atención entre el conjunto de ciudades de Galicia. El saldo olívico es de hecho el mayor de las principales urbes de la Comunidad Autónoma. Aunque durante 2016 A Coruña, por ejemplo, recibió más de 9.000 inmigrantes -1.100 por encima de Vigo-, su elevada emigración (8.400 personas) hizo que su saldo final se quedase en 559. En Santiago el balance rondó también el medio millar (524) y en el resto de ciudades osciló entre los 108 de Lugo y 303 de Pontevedra. La única que en 2016 vio cómo partían más vecinos con destino a otros lugares de los que llegaban para instalarse fue Ferrol, donde el saldo negativo rozó las 300 personas. Prueba del peso de Vigo es que obtuvo un saldo positivo de un millar de vecinos, cuando el del conjunto de Galicia ronda los 3.000.

Repunte de extranjeros

El buen dato de 2016 se debe a varios factores, aunque hay dos que destacan en especial: el descenso del flujo de vigueses que dejan la ciudad para trasladarse a otros lugares y el importante repunte de inmigrantes procedentes de más allá de las fronteras españolas. Entre 2015 y 2016 el movimiento de emigrantes cayó un 7,5%, lo que supuso casi 600 menos en tan solo un año. Otro indicar interesante es que 2016 fue el año en el que menos vigueses hicieron sus maletas para trasladarse a otros lugares desde 2002. En 2010 y 2011, durante lo peor de la crisis, el dato llegó a superar los 8.000 emigrantes.

En cuanto a la llegada de inmigrantes procedentes de otros países, se aprecia también un incremento contundente. A lo largo de 2016 se trasladaron a la ciudad un 43,5% más de extranjeros que el año anterior. Si en 2015 se mudaron a Vigo 1.300 personas nacidas fuera de España, en 2016 el dato se disparó hasta rozar los 1.900. Aunque este tipo de población suele destacar por su juventud, al componerse de gente que busca empezar un proyecto vital, en esta ocasión las estadísticas del IGE señalan que casi la mitad son ya adultos. Uno de cada diez, de hecho, había superado los 55 años.

En el conjunto de la comarca, el balance también es positivo. La suma de los municipios del área viguesa recibió el año pasado casi un millar de vecinos más de los que hicieron las maletas, lo que rompe la tendencia negativa que se había estado encadenando de forma ininterrumpida desde 2012. En 2014 y 2015, de hecho, se habían llegado a perder unos 300 habitantes. La razón del repunte del año pasado es de nuevo la gran afluencia de familias extranjeras y un ligero aumento en el número de gallegos llegados de otras provincias que se mudaron a algunos de los municipios de la comarca olívica. En el conjunto de Galicia solo logró un mejor saldo el área herculina, que ganó 1.739 vecinos.

La caída de la emigración y el repunte de la inmigración extranjera no son las únicas tendencias que revela el IGE. Sus datos muestran también que Vigo deja de ser casi exclusivamente un emisor de vecinos dentro de la comarca y la provincia -habitualmente familias en busca de vivienda más barata- para recibir también a habitantes de otros municipios vecinos. Poco a poco ha ido logrando un equilibrio entre ambos flujos, hasta el punto de que en 2016 hubo 62 pontevedreses más que se mudaron a Vigo que vigueses que se trasladaron a otras localidades de la provincia. Igualmente positivo fue el saldo con otras provincias, si bien cayó con el resto de España.

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