Más allá de su naturaleza simbólica, al ser el organismo en el que aparecen representadas las administraciones y buena parte de instituciones, asociaciones y colectivos vinculados al Parque Nacional, es decir, un mosaico de la sociedad, lo cierto es que el Patronato es, o debería ser, mucho más. Porque según recogía el Diario Oficial de Galicia, en 2006, este órgano tiene unas competencias relevantes. Así, entre las funciones que le atribuía la Xunta se citaba, en primer lugar, la de "velar por el cumplimiento de las normas que afecten al parque nacional". Y se le instaba a "promover y realizar cuantas gestiones considere oportunas a favor del espacio público", así como "proponer normas para la más eficaz defensa de los valores del parque". A la vista de los hechos, la realidad es que el Patronato ha devenido en una simple reunión anual de un grupo numeroso de personas pero sin contenido ni función. Aunque ambos estén claramente fijados por la norma.