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La oficina de consumo del Concello tramita tres reclamaciones cada día, la mitad por telefonía

Durante la primera mitad del año gestionó casi 350 quejas -El volumen de actividad se ha ido reduciendo desde 2014 -A inicios de año se atendieron cientos de consultas por cláusulas suelo

Hugo Barreiro

Los problemas con las operadoras de telefonía, los talleres dedicados a la reparación de coches, comercios o las compañías que proveen de gas y electricidad -entre otros- han motivado entre enero y junio que los vigueses presentasen 348 reclamaciones en la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC), un órgano dependiente del Concello. El volumen de actividad queda muy lejos del que anotaba esa misma institución hace solo unos años, cuando se llegaba a rozar el millar de quejas en diciembre, pero sigue representando un número bastante significativo. Teniendo en cuenta solo los días laborables -descontando sábados y domingos- suponen casi tres reclamaciones cada jornada.

De esas quejas más de la mitad, 186, apuntaban a un mismo sector: la telefonía. Los desacuerdos con las operadoras por los consumos, las tarifas, el cobro de facturas, la demora en la instalación, incumplimiento de las condiciones pactadas, variaciones en las tarifas planas... Hacen que cada día más de un vecino acuda a las oficinas de la OMIC para presentar una reclamación. Desde la oficina municipal se intenta mediar entre cliente y empresa para que ambas partes alcancen un acuerdo. En el caso de que este no sea posible, se da traslada a la Xunta para que -si se cumplen los requisitos- se encargue de él la junta arbitral. Según comentaban desde la OMIC hace dos años, en cerca del 70% de las ocasiones la compañía y los usuarios logran alcanzar una solución. Los técnicos apuntan además que las reclamaciones suelen resolverse en un plazo relativamente corto de tiempo, en mes y medio.

La razón de que la telefonía protagonice un número tan elevado de quejas -en concreto el 53% en lo que va de año- es la forma en cómo se contratan sus servicios y la falta de resguardos físicos que permitan al cliente conocer todas las condiciones del acuerdo. "Mucha gente los pacta por teléfono, sin soporte documental. De ahí se pueden derivar problemas", anotaban desde la OMIC de Vigo. Por esa razón recomiendan que "todo lo que implique la contraprestación de servicios debe estar respaldado por un contrato físico, en papel".

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Caída de reclamaciones

Las estadísticas recabadas por la OMIC muestran que el número de reclamaciones se ha ido reduciendo de forma importante a lo largo de los últimos años. En 2012 la oficina cerró el ejercicio con cerca de un millar de quejas tramitadas, cifra que se ha ido reduciendo desde entonces de forma prácticamente ininterrumpida -solo en 2014 se anotó un ligero repunte-, hasta situarse el año pasado por debajo de los 600, aproximadamente un 40% menos que hace solo cuatro años.

Si se mantuviese el ritmo de quejas tramitadas durante la primera mitad de 2017, el ejercicio se cerraría con un ligero repunte con respecto a 2016. Desde la OMIC señalan que durante el inicio del año percibieron una intensa actividad relacionado con las reclamaciones motivadas por la anulación de las cláusulas suelo. Según apuntan los técnicos, se atendieron en total a cerca de 210 personas, a las que se informó, facilitó el impreso necesario e incluso ayudó con el cálculo de los importes que deben recibir utilizando la herramienta ofimática facilitada por el servicio de Consumo de la Xunta de Galicia.

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