Los muelles de Vigo y Cangas rebosaban indignación. Centenares de personas afectadas por la cancelación de sus viajes a Cíes criticaron durante buena parte de la mañana del domingo a los trabajadores de las navieras que cubren el trayecto al archipiélago vigués. "No damos crédito. Venimos desde Bilbao y planeamos nuestro viaje en Galicia porque queríamos pasar un día en las Cíes. Es muy frustrante", señalaban Maite y Ana en la Estación de Ría de Vigo.

En Cangas la situación no era mucho más afable. El muelle de pasajeros registró momentos de tensión tras juntarse más de 300 personas afectadas con gritos hacia las compañías. Tuvo que acudir la Policía Local y Guardia Civil.

Uno de los grupos damnificados al otro lado de la ría fue el equipo de gimnasia rítmica de Dublín "Excelt", que acudía al archipiélago con las entrenadoras Marga Salón (Mallorca) y Beatriz Espinela (Madrid). Formado por 16 personas, el conjunto estaba entrenando en Vigo. Compraron el billete hace una semana por internet. En principio iba todo bien, incluso le dieron la bolsa de basura habitual para desembarcar en Cíes, pero después ya escucharon que no podían bajar del barco. Esperan recuperar el dinero de los billetes utilizando la fórmula que les dio la empresa. Dicen que era el único día que tenían libre y nunca habían visitado las Cíes. En lugar de ello aprovecharon el día y conocieron O Morrazo.

Entre los visitantes también hubo algún grupo que pudo llegar sin problemas a Rodas. A las 13:00 horas once campistas, entre ellos un matrimonio con su hija pequeña procedentes de Cádiz, esperaban en el muelle de Cangas a tener una solución para poder viajar a Cíes. Cuando llegaron para coger el barco a su hora les dijeron que el aforo del parque estaba completo y que no salían más barcos. Fue dos horas después cuando la naviera Piratas de Nabia les puso un barco a su disposición. Eso sí, para embarcar fue obligatorio entregar los billetes como si nada hubiera pasado, algo que les sorprendió porque en medio de todo el tumulto que se formó sí que pudieron haber perdido los boletos.

Algunos de los indignados en Vigo hicieron buenas migas mientras hacía cola ante los stands. "Nos hemos conocido aquí y ahora nos iremos a comer juntos", apuntaban dos familias.