Salvo para una minoría privilegiada que puede asentarse en la ciudad de la que se ha enamorado en vacaciones, los viajes estivales suelen constar de un trayecto de ida y otro de vuelta. O al menos eso es lo más habitual, aunque las estadísticas que ha publicado Aena con los datos de Peinador en julio parecen cuestionarlo. A lo largo del mes pasado el aeropuerto recibió unas cinco mil personas más de las que pasaron por su pista con destino a otras ciudades. En total volaron desde otros lugares a Vigo 58.900 personas, cerca de 5.100 más de las que acudieron al aeródromo olívico con rumbo a destinos nacionales o internacionales.

Esa diferencia es especialmente pronunciada en las dos principales rutas de las que se nutre Peinador: Madrid y Barcelona. En julio volaron entre la capital y Vigo 28.300 personas, pero en sentido inverso (Peinador-Barajas) solo lo hicieron 25.500. Algo similar ocurrió en la conexión con la Ciudad Condal. Del Prat salieron 14.400 viajeros rumbo a Vigo, pero solo 13.400 hicieron el trayecto en sentido contrario. También en Bilbao se cumple esa tendencia, aunque en una medida muy inferior, de apenas un centenar de pasajeros.

En el caso de las rutas internacionales ocurre también algo similar, aunque de nuevo en una escala mucho más reducida. En la ruta con Dublín, hubo 19 pasajeros más que hicieron el recorrido con destino Vigo que con destino a la capital irlandesa. En el caso del vuelo con Bolonia, esa diferencia fue de 92 personas y de 13 en el de Edimburgo. En el caso de Milán el margen es de 70 usuarios.

Las tablas de Aena muestran que en junio ya ocurrió algo similar -hubo 2.000 pasajeros más en vuelos de llegada que de salida-, pero la tendencia oscila durante el resto del año. En enero, por ejemplo, ocurrió todo lo contrario y hubo más gente que dejó la ciudad: aterrizaron en Peinador 27.700 personas y despegaron 32.900.

Viajes de retorno y escalas

Expertos aeroportuarios apuntan que el fenómeno registrado en julio puede deberse a varios factores. Uno son los viajes protagonizados por los vigueses que trabajan o estudian en otras ciudades, tanto del resto de España como de otros países, que regresan a la ciudad para pasar sus vacaciones. En ese caso su llegada se produciría en julio y su partida en agosto. Las estadísticas de 2016 secundan esa explicación, ya que en julio aterrizaron 5.100 personas más de las que despegaron y solo un mes después, en agosto, despegaron 6.500 más de las que aterrizaron. Otra explicación podrían ser los viajes con escala en grandes aeropuertos -Madrid o Barcelona-, puntos por los que pasarían parte de los turistas en sus trayectos de retorno a Vigo.