Me llamo Carolina y mi hermana, Carlota. Tengo 7 años y ella tiene 2. El día 11 de agosto se fue nuestro abuelo. Para nosotras "el abuelo" era un señor simpático, le gustaba poner música en Spotify, oírme tocar el piano, comer todos juntos y chiscar los ojos. Y me daba la paga después de comer, justo antes de irse a dormir la siesta.

Desde que se fue, he descubierto que mi abuelo era muy querido, que tenía amigos y amigas desde que iba al colegio y todos y todas le tenían mucho cariño. El bar del abuelo siempre estaba lleno de estos amigos. Además era protagonista de unos libros, y un actor hizo del abuelo en una película.

Ahora sé que sus amigos y amigas le recordarán también porque discutía mucho, y algunos dirán que era un cascarrabias. Desde que no está, he leído las cosas que han escrito sobre él y me gusta porque el abuelo es recordado.

Mi hermana y yo vamos a echar de menos al abuelo, pero no sus charlas, ni sus comilonas, ni sus vinos; lo que vamos a echar de menos será su risa, su música al entrar en casa, sus guiños, sus cosas y todo lo que podríamos haber aprendido de él, porque el abuelo había viajado por todo el mundo.

Nos quedan las cosas que nos van a contar de él y le encontraremos en todas sus fotos y recortes de periódico.

En una película que se titula El libro de la vida El libro de la vidadecían que existen dos tierras, la de los recordados y la de los olvidados. En la de los olvidados, te olvidan y te esfumas y en la de los recordados era todo felicidad y puedes estar allí mientras haya algún vivo que te recuerde. Ahora nosotras dos vamos a asegurarnos de que el abuelo sea recordado mucho tiempo. Te queremos, abuelo, y ya te echamos de menos.

*Texto de las nietas de Carlos Álvarez escrito con la ayuda de su madre Patricia Rivera