El éxito alcanzado por O Marisquiño a lo largo de sus casi dos décadas de historia ha hecho que en los últimos años otros consistorios de España se interesasen por captar el festival. Aunque sonaron varios "candidatos", el que mostró más interés fue el Ayuntamiento de Bilbao, que a finales de 2015 llegó a entrevistarse con la organización para sondearla. Poco después Concello y Diputación cerraban un pacto con O Marisquiño que blinda su futuro en la ciudad que lo vio nacer durante al menos varios años.

Ayer Caballero fue más allá y aseguró que velará por que el evento siga ligado a Vigo durante décadas. "Mientras yo sea alcalde, el festival seguirá aquí", insistió el regidor, quien avanzó además que en la edición de 2018 habrá "novedades y sorpresas".

El primer edil también destacó que la celebración de este año fue "la mejor en la historia" de O Marisquiño. "Superamos con mucho la presencia que se había logrado en ediciones anteriores. La ciudad estaba llena", celebró. Ese éxito de público -abundó Caballero- se dejó sentir también en la hostelería, que gracias al festival y el turismo estival logró un nivel de actividad muy alto. "Las noches del viernes al sábado y del sábado al domingo era imposible encontrar siquiera una mesa en una cafetería para tomar una tapa", ejemplificó el regidor, quien recordó que los hoteles lograron ocupar prácticamente todas sus plazas. "Fue espectacular".