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Un templo convertido en icono de la ciudad

En 1907 se abrió la iglesia de Santiago El Mayor, construida durante 16 años en el llamado Campo do Rei y diseñada por el madrileño Manuel Felipe Quintana

Imagen del iglesia de Santiago de Vigo en la calle García Barbón. // Camseselle

En los primeros días del mes de agosto de 1907 fue inaugurada y consagrada la iglesia de Santiago Mayor de Vigo, ubicada en la calle García Barbón. Tardó 16 años en construirse y su apertura fue solemne y con numerosos actos, tal como quedó reflejado en las páginas del Decano de aquella época. El nuevo templo cubría de esta forma una necesidad en la ciudad, ya que no existían grandes iglesias. Desde que se inició el proyecto tuvo superar numerosas dificultades, sobre todo la falta de dinero para finalizar los trabajos. Sobre su historia también se pueden encontrar algunos detalles curiosos. En algunos casos fueron leyendas. Hoy en día, la iglesia conserva todo su esplendor de antaño. Fue restaurada parcialmente hace unos años.

Eran las siete de la mañana del 11 de agosto de 1907 cuando se procedió la inauguración del templo. Menéndez Conde, el arzobispo, fue el encargado de oficiar una ceremonia que duró más de cuatro horas. Junto a otros curas, dio tres vueltas al edificio, derramó agua bendita y trasladó hasta el altar las reliquias de los mártires. A todos estos actos no pudieron acudir los vecinos. Las puertas se abrieron al público al mediodía. Ya por la tarde, se organizó una procesión que transcurrió por el Arena, calle Victoria, Velázquez Moreno y Policarpo Sanz. A la misma acudieron todas las autoridades locales y provinciales, acompañadas por la banda de música municipal y también un regimiento de militares que se encontraban en la ciudad.

A este acto asistieron miles de personas, según quedó reflejado. También ese día se realizó una vigilia nocturna que terminó a las tres de la madrugada. Al día siguiente, tuvo lugar una verbena en la calle Duque de Victoria y un acto religioso en con la presencia de la Orquesta de Capilla de Tui, de gran prestigio en aquella época. Al mediodía se celebró un banquete para las autoridades y los curas en uno de los salones de la Escuela de Artes y Oficios.

La iglesia quedó abierta al público a partir de ese momento. Las misas se realizaban todos los días a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Con el paso del tiempo se redujeron a una al día y aumentó el número durante el fin de semana.

El templo era una realidad después de un laborioso, costoso y largo proceso de construcción. La primera idea se tuvo en 1880, cuando Eliseo Ozores Camino, el párroco titular de la pequeña iglesia de la Areosa, ubicada muy cerca de la actual según las crónicas de la época, inició los trámites para construir un gran templo. Y el primer paso fue buscar el terreno. Para ello contó con la colaboración del Ayuntamiento de Vigo, que pagó parte del mismo. Pero también de Alejandro Pardo, el propietario, que donó 60.000 pesetas para poder realizar los trabajos. El lugar escogido tenía el nombre de Campo do Rei por su estratégica ubicación en el centro de la ciudad. Por lo tanto, su valor era grande. En este proceso se tardó poco tiempo, en comparación con lo vendría después.

Manuel Felipe Quintana es el arquitecto autor de la obra. Nacido en Madrid, se había instalado en Vigo y en 1881 ya tenía diseñado el proyecto. Una de las principales características del mismo era la necesidad de que el interior contara con abundante luz natural. Ese es uno de los motivos por los que el templo está rodeado de calles. Se buscaba dejar un espacio suficiente para que el sol llegara al interior. El arquitecto contaba con un gran prestigio y mantenía una estrecha colaboración con Jenaro de la Fuente, que aquella época era el responsable municipal de urbanismo. Manuel Felipe Quintana había diseñado numerosos edificios, entre ellos la iglesia de Santa María en Porriño, y otros en el centro de la ciudad. Falleció cuatro años después de el templo se abriera.

Las obras de construcción duraron 16 años, un periodo de tiempo muy largo. Los trabajos estuvieron paralizados durante muchos meses e incluso años por falta de dinero. Algunos historiadores dicen que para su construcción se utilizaron rocas que procedían del monte del Castro, un detalle nunca confirmado de manera oficial. El Ayuntamiento de Vigo realizó una gran inversión para que se terminara el edificio, con constantes ayudas. Sin embargo, no suficiente. También la Diputación de Pontevedra colaboró de manera activa. Y Ángel Urzáiz, ministro de Hacienda, le dio el empujón definitivo con una importante subvención. Tramitada a través del Gobierno, se puede decir que su contribución resultó casi decisiva. Mientras tanto, Eliseo Ozores, el párroco que había iniciado todo el proceso, era destinado a A Coruña. No le invitaron a ver su obra terminada.

El templo se convirtió en una referencia en la ciudad, sobre todo por su céntrica ubicación. En la misma se realizaron diversos trabajos de restauración de algunas partes. El 13 de enero de 1932 sufrió un atentado con petardos que le causaron escasos daños. Fue uno de los peores días en la historia de un templo que hace pocos años fue renovado de forma parcial.

Considerado un icono de la ciudad, por la iglesia han pasado muchas generaciones de vigueses que guardan recuerdos de gran valor. Lo mismo que las obras que figuran en su interior. Reformada y adaptada para que conservara la esencia con la que fue construida, la iglesia forma parte del paisaje urbano vigués desde 1907.

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