La procesión del Cristo de la Victoria atrae a personas de todos los rincones del mundo. Su espectacularidad provoca que muchos de los que asisten por primera vez repitan en los años posteriores. El arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, lleva toda la semana en la ciudad a la espera de que el Santo salga de la Colegiata este domingo. Encargado de oficiar las novenas en el templo del Casco Vello, Amigo recuerda con emoción los años que estuvo destinado en Vigo y sus anteriores participaciones en la celebración que reúne a miles de personas en las calles.

-¿Qué relación tiene con el Cristo de la Victoria?

-Todo comenzó hace muchos años, cuando me destinaron a Vigo. Por aquel entonces me acercaba muchas tardes hasta la Concatedral para rezarle al Cristo y fue ahí cuando se forjó nuestra unión. Desde entonces intento cuadrar mis vacaciones, que las paso en Canedo (Ponteareas), con esta celebración. Además he tenido el enorme privilegio de oficiar tres novenas.

-¿Qué mensaje busca transmitir en la novena de este año?

-Quiero hacer ver a todo el mundo lo que significa Cristo y todo lo que hizo por nosotros. Los creyentes sabemos que es un ejemplo en el que debemos fijarnos a la hora de emprender nuestras acciones. Sus buenas obras fueron castigadas con su vida y quiero mostrar toda la bondad que tenía dentro. Tenemos mucho que agradecerle.

-Muchas congregaciones se quejan durante el año de que en Vigo faltan fieles y voluntarios para llevar los pasos. Sin embargo, a la procesión del Cristo de la Victoria asisten decenas de miles de personas. ¿A qué cree que se debe?

-Principalmente por el arraigo que tiene en la ciudad y porque la gente del mar es muy sensible con sus creencias. Muchas personas que hablan conmigo estos días me comentan que sus primeros recuerdos son realizando la procesión del domingo con sus padres o abuelos. Además, esta celebración integra a todo el mundo. Aquí no importan las clases sociales, las opciones políticas u otras diferencias. Todo el mundo es bienvenido y por eso la gente responde asistiendo de manera multitudinaria.

-¿En qué ha cambiado la celebración desde que la descubrió por primera vez?

-En muy pocas cosas. Sigue manteniendo intacta la historia que la rodea y creo que es un acierto porque es algo tan emotivo que merece perdurar en el tiempo. Se siguen celebrando los mismos actos y ojalá se mantenga así durante muchos años porque merecen ser cuidados. En lo que quizás si ha variado es en la aceptación social. Ahora vienen muchos más vigueses durante toda la semana, no solo en la procesión. También en los últimos tiempos se apoya en las nuevas tecnologías, que es algo necesario en la época que nos toca vivir.

-¿Qué sensaciones le provoca el Cristo?

-Una piedad muy grande. Los fieles que observo mientras oficio la novena se "comen" la imagen del Cristo y es conmovedor ver a tantísimas personas venerar y agradecer al Santísimo sus acciones. Hay muchos vigueses que destinan buena parte de su vida al Cristo de la Victoria y yo solo puedo darles las gracias por su labor. Es una semana tremendamente emotiva para todos los creyentes.