La constructora Civis Global precisó ayer que fue la que rompió de forma unilateral el contrato con el Celta para reformar la sede de Príncipe por la completa transformación que sufrió el proyecto inicial sin que el club accediese a renegociar los términos del mismo en el aspecto económico ni tampoco en cuanto al plazo de entrega. Aunque confía en que se produzca un final "amistoso" e incluso deja la puerta abierta a que el club acceda a renegociar, la firma admite que existe la posibilidad de que las diferencias tengan que ser resueltas en los juzgados si no hay un entendimiento económico ya que exigirá al Celta que afronte el sobrecoste de los cambios introducidos.

Como adelantó ayer FARO, las obras en el edificio del antiguo Mercantil permanecen paradas desde hace días y el Celta ya está buscando una nueva empresa que acabe la reforma,iniciada en 2015 y cuya finalización se anunció para finales de 2016 y posteriormente para comienzos de este 2017. La última fecha que se barajaba era agosto de este año, algo que tampoco se cumplirá dado que restan por acometerse numerosas actuaciones, entre ellas la finalización de la cubierta, decorada con 154 piezas de vidrio. Está previsto que la sede del Celta acoja oficinas, la tienda oficial, un gimnasio, residencia para 40 personas, un salón de usos múltiples, una cafetería temática y un restaurante con Estrella Michelin.

El portavoz oficial de la constructora subraya que la decisión final se tomó el viernes tras fracasar las negociaciones con el Celta que comenzaron en febrero. "El arquitecto cambió el proyecto inicial desde el principio, la obra comenzó en mayo de 2016 y no tiene nada que ver con lo que se firmó entonces, en febrero la empresa se puso seria con el Celta y planteó renegociar un nuevo contrato con el nuevo proyecto o dejarlo", sostienen desde Civis Global, que precisan que el coste total de los trabajos ascendía a 3,6 millones de euros al incluir también las obras de demolición interior y desescombro.

Esos cambios a los que hace referencia la empresa afectaron, insiste, al "99 por ciento" de la obra, con reformados de todo tipo en cuanto al diseño realizado por Alfonso Penela pero también en lo que respecta a calidades y plazos. "Planta por planta se ha cambiado todo", insiste. Así, cita modificaciones en escaleras o despachos pero también en la cubierta, cuyo tamaño se duplicó con respecto al boceto inicial al igual que las estructuras de refuerzo del inmueble, de seis plantas, que "a juicio del arquitecto se encontraba en una situación mucho peor de lo previsto".

"No saben ni ellos cuánto costará ni cuándo se podrá acabar", remarcaron las mismas fuentes, que insistieron en que la constructora está "muy orgullosa de la obra" pero que ha tomado la decisión de dejarla por la incertidumbre constante que suponían esos cambios. "Cada día que pasábamos en esa situación suponía perder más dinero", alegan. También el Celta está satisfecho con lo realizado hasta el momento y prueba de ello es que varios técnicos de la constructora permanecerán hasta el final de los trabajos al margen de la empresa que los asuma.

Ambas partes coinciden en señalar las diferencias económicas como motivo de la ruptura aunque desde el Celta se habla de un "incumplimiento de contrato" por parte de Civis Global que "estaba demorando" de forma intencionada la finalización de los trabajos y "reclamando" con ello más dinero al club.