"Soy el dueño de mi destino; soy el capitán de mi alma". Con los dos últimos versos del poema Invictus, del inglés William Henley se arrancó ayer el alcalde Abel Caballero en la celebración del Día de Galicia como metáfora del hilo conductor de su discurso: la reivindicación de Vigo como ciudad independiente y emprendedora que ha labrado su historia a partir de la lucha por tomar sus propias decisiones. "Eligió su propia senda. Decidió no depender de nadie. Sentó su propio modo de ser como quiere ser", subrayó en un acto que tuvo como telón de fondo una imagen de las Islas Cíes y el lema de candidatas a Patrimonio de la Humanidad.

En una celebración en los jardines del Museo Quiñones de León, con de 500 asistentes, Caballero defendió la apuesta de los vigueses por "una nueva Galicia en la que cada uno ocupe su lugar, sin los privilegio de tiempos antiguos y con las miradas puestas en las gentes". Ante la presencia del presidente de la Real Academia Galega, Víctor F. Freixanes, encargado de redactar el bando, así como del equipo de gobierno municipal, la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, miembros de la oposición y personalidades del mundo de la vida pública, el regidor aludió a la evolución socioeconómico de la ciudad desde sus orígenes como ejemplo del "diseño colectivo" que guía la labor del gobierno local en la construcción del "Vigo contemporáneo". Guiados por los "destellos de luz" lanzados por la transformación de la pesca tradicional y los astilleros, la modernización de Citröen o los trabajadores de la hostelería, "entonces pensamos en nuestra propia revolución ciudadana, la que estamos haciendo", aseveró.

Frente a los años en los que "lo público latía lento o incluso caminaba hacia atrás" en la urbe, Caballero destacó que "ahora son otras las ciudades que "se consumen en su propio estancamiento". "Está siendo Vigo la que se transforma, la que mejora, la que se agranda, la que se erige en modelo a seguir. Y así vamos a continuar", prometió. En ese sentido, el regidor defendió las políticas sociales de su Corporación, asegurando que Vigo capitanea las medidas contra la pobreza energética en toda España" frente a los recortes de quienes "siguen sin entender que hay que estar con los desheredados de la tierra, seguramente los que duermen en el albergue de Vigo. "No quisimos ni queremos a nadie sin la atención que se merece", insistió.

Una determinación que Abel Caballero vinculó también a la defensa del proyecto de las Islas Cíes como Patrimonio de la Humanidad y la llegada del AVE a la ciudad. "No valen embustes ni mentiras, ni trampas para distraer a esta ciudad, que tan generosa fue con otros lugares de Galicia; los tiempos en los que se podía maltratar a Vigo y aquí no se alzaba la voz acabaron para siempre", sentenció, antes de que el acto finalizara con la interpretación del himno gallego.