El Paseo Lagares está lleno de vida y llena de vida a Vigo ya que es la única ruta verde que cruza la ciudad. Conecta el centro con las playas de Samil y el Vao. Es un espacio perfecto para practicar senderismo sin salir del núcleo urbano.

La paz que aporta estar en medio de la naturaleza no es el único de los encantos que esconden los nueve kilómetros de ruta. También la historia del río que dá nombre al paseo, visible en los molinos y especialmente en los puentes conservados de Sárdoma -de origen medieval datado en el s. XII- y el de Portanet -de estilo románico- bajo el cual ya no discurre el agua debido a la desviación del cauce del río.

Uno de los puntos que atraviesa es Castrelos, el parque más grande del centro de la ciudad.