El propio discurso de Abel Caballero ya marcó antes de los tres minutos de silencio y los aplausos posteriores el tono en el que se tenía que desarrollar el homenaje a Miguel Ángel Blanco. "Hoy Miguel Ángel es de todos y de todas las gentes buenas. Aquí no hay política. Hay solidaridad, libertad y recuerdo emocionado. Nuestro recuerdo emocionado a su familia y todas las víctimas de los asesinatos de ETA, a todas, a sus familiares. Nuestra honra a su recuerdo", señaló Caballero, que rechazó politizar la efeméride y que ya en la jornada anterior había pedido, como presidente de la FEMP, que todos los municipios españoles se sumasen a los homenajes por el concejal asesinado dejando de un lado los intereses partidistas.