Las autoescuelas sufren en gran medida los perjuicios de los paros, ya que se producen en una época del año tradicionalmente elegida por muchos alumnos para sacarse el permiso de conducir.

"La huelga nos está suponiendo muchísimos problemas porque las autoescuelas tenemos que ganar en verano para mantenernos en invierno, que es la época en la que menos ganancias tenemos. Y este año la gente no se está matriculando", lamenta Almudena Gil, profesora de la autoescuela Faro.

Además, los centros dicen sentirse "impotentes" porque no pueden avisar a sus alumnos de si habrá examen o no hasta la propia fecha de la prueba. La DGT tramita la convocatoria de la manera habitual y es el examinador el que decide si se presenta o no en el momento de acudir. "Tenemos una alumna que ha sido citada en tres ocasiones y en ninguna examinada", critica Gil.

Por su parte, Miguel Ángel Rivas, profesor de la autoescuela Fórmula 1, dice entender las reivindicaciones de los examinadores, pero espera una solución rápida porque al final son ellos los que tienen que "cargar con la culpa" por ser los intermediarios.