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Fue noticia en 1922

Un gran susto ferroviario

El tren que procedía de Vigo chocó contra otro que había partido de Madrid en Paredes de Nava (Palencia) y dejó 32 fallecidos y varios heridos, aunque ninguno de ellos era de la ciudad

Portada del Decano al día siguiente de producirse el accidente ferrorrivario en Paredes de Nava. Aunque se hablaba de 50 muertos, la cifra final de fallecidos fue de 32 y 19 heridos. // FdV

Viajar en tren era la forma más rápida. También la más utilizada. Todavía no se había abierto la comunicación entre Ourense y Zamora. Los vigueses tenían que pasar de forma obligatoria por Monforte. Allí, realizar un transbordo al tren que venía de A Coruña. Después, continuar el viaje. Eso fue lo que sucedió el 11 de julio de 1922. Pero ese tren, el 'Rápido Galicia' número 423 no llegó a su destino. Se encontró de frente con el 'Correo de Asturias' número 406 a pocos kilómetros de la localidad palentina de Paredes de Nava. El choque fue violento. Las dos máquinas quedaron destrozadas, así como numerosos vagones con viajeros.

Fue de madrugada. Había buena visibilidad, según relataron los testigos. El maquinista del tren gallego se dio cuenta de lo que se venía encima y frenó. El convoy estaba parado en el momento de la colisión. Quizás esto evitó males mayores. La mayoría de los fallecidos y los heridos fueron asturianos. Todos ellos regresaban de Madrid.

La primera noticia que se recibió en Vigo la proporcionó Eladio de Lema, por aquella época senador y también director del Decano. Habló del accidente y en los primeros momentos no aclaró las consecuencias. Poco a poco fue relatando que todo los vigueses habían salido ilesos. Entre ellos, él mismo. También José Barreras, presidente del consejo de administración de la empresa Tranvías de Vigo. El accidente mereció la atención periodística de primera página y también un suplemento especial. Muchos de los viajeros eran de Tui.

Aunque el tren que partió de Vigo no transportaba muchos viajeros, la noticia del accidente causó una gran conmoción en la ciudad y también en la comarca. El Ayuntamiento de la ciudad también se interesó por la situación de los pasajeros e incluso se mostró dispuesto a enviar ayuda por si fuera necesario.

Después comenzaron las especulaciones sobre el accidente, mientras los supervivientes de Vigo y su entorno hablaban en el Decano de escenas dantescas. Una de las principales quejas fue la tardanza en llegar de los médicos y los servicios de asistencia. Los viajeros tuvieron que encender hogueras, ya que el frío era intenso. Hasta dos horas después no aparecieron los primeros sanitarios. En aquel momento no se sabía que un vehículo que transportaba a varios doctores sufrió un vuelco y sus ocupantes resultaron heridos. No pudieron llegar a tiempo.

También hubo un considerable retraso en la llegada de los trenes que debían auxiliar a los accidentados. Se pusieron en marcha dos, pero no fue hasta la tarde del día siguiente cuando llegaron al lugar del suceso. Eso provocó más indignación en los supervivientes.

Aunque en un primer momento se habló de 50 muertos, las cifras oficiales señalan en 32 los fallecidos y los 19 heridos, algunos de ellos graves. El suceso fue ampliamente seguido por el Decano, pero también por medios informativos nacionales. Los periódicos de Madrid y también asturianos les dedicaron numerosas páginas e incluso enviaron periodistas al lugar del accidente. De Asturias eran la mayor parte de las víctimas. En el accidente perecieron familias enteras.

Las teorías fueron muchas sobre las causas. El tren que procedía de Madrid se saltó una señal que le indicaba la necesidad de detenerse. Según apuntaban algunas fuentes, el maquinista no lo hizo por que entendía que le daba tiempo a llegar a la siguiente estación. Ya acumulaba dos horas de retraso según el horario previsto. Esta pudo ser una circunstancia decisiva.

También circuló otra versión, que no fue desmentida. El maquinista del tren que se dirigía a Asturias se encontraba borracho. Los viajeros le vieron tomarse varias copas de vino en la estación anterior. Unos guardias civiles que se encontraban en el lugar trataron de impedir que el tren se pusiera en marcha e incluso realizaron disparos al aire. Pero no lograron su objetivo.

El accidente ferroviario registrado en Paredes de Nava fue el más grave en aquellos años y demostraba también la falta de seguridad en las líneas férreas. El poco mantenimiento de las infraestructuras era un problema muy grave, tal como se podía apreciar en la zona sur de la provincia de Pontevedra. El Ayuntamiento de Vigo se quejaba muchas veces de los retrasos que sufrían los trenes y las protestas de los viajeros eran constantes.

El servicio también era deficiente para las empresas, que enviaban sus mercancías por este medio de transporte. A pesar de que las tarifas era baratas, el tiempo que tardaban en llegar a su destino era demasiado largo. En los años 50 mejoraron las comunicaciones al construirse el enlace entre Ourense y Zamora, lo que ahorraba mucho tiempo. Su construcción fue una de las grandes inversiones de la época.

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