Un acoso sin tregua que se prolongó casi dos años mediante incesantes llamadas telefónicas a la víctima y a sus padres, pero también a través de la suplantación de la joven en las redes sociales Twitter y Tuenti para hacerla quedar mal y hasta mediante el uso de sus datos en anuncios de carácter sexual en internet. Un proceder que el fiscal calificó de "campaña de hostigamiento sistemática". La perjudicada, hoy mayor de edad, apenas tenía 16 años cuando empezó aquella pesadilla. El juicio fue ayer en el Juzgado Penal 2 de Vigo y en el banquillo se sentó el exnovio de esta chica, que afronta un año y medio de prisión al atribuírsele un delito contra la integridad moral. Para el Ministerio Público, un cúmulo de "sólidos indicios" apuntan "inequívocamente" a él como el autor. El joven, J.R.B., para el que su abogado pide la absolución, lo niega y se presentó también como víctima de ese acoso.

Víctima y acusado, cuyos padres tenían una sólida amistad, mantuvieron una relación de año y medio, hasta la primavera de 2014. Ella, adolescente, residía en Redondela y él en Vilagarcía. El acoso a la joven y a su familia comenzó el verano de 2013. Los chicos aún eran novios. Las llamadas telefónicas eran diarias, constantes, incluso de madrugada. Al móvil de la chica, a los de sus progenitores, al fijo de casa y al del trabajo de la madre.

El fiscal afirma que la línea se llegó a "colapsar" al recibir "hasta" 150 llamadas diarias. La mayoría procedían de números privados u ocultos. "Llamaban y colgaban", relata el progenitor de la joven. "Era insoportable, tenía que ser alguien que nos conociese", añadió. Alguien que controlase sus rutinas. La madre puso un ejemplo: "Un día llegamos de una boda a las cuatro de la madrugada; fue entrar y justo sonar el teléfono de casa". También publicaron sus teléfonos en páginas de internet y les llamaban de empresas como "aseguradoras y concesionarios".

Pero hubo más. A la joven le suplantaron su identidad en redes sociales. En Tuenti y Twitter. La metieron -también a su madre- en grupos de WhatsApp de contenido sexual. Y en la web Milanuncios aparecieron comentarios con sus datos ofreciendo servicios sexuales. Por ello, recibió llamadas y hasta imágenes pornográficas de usuarios de esa página de internet.

La Policía Nacional fue clave para dar con el autor. Los agentes identificaron la IP de la conexión de internet desde la que se habían hecho los comentarios en Milanuncios y en la que se conectaba un perfil de Tuenti que tuvo hasta tres nombres diferentes y que contactaba con la chica de forma intimidatoria. Y llegó la sorpresa: era la de la vivienda familiar de su exnovio. También descubrieron que las incesantes llamadas telefónicas eran desde el número del acusado.

El imputado se declaró inocente, alegó que él que también fue víctima con llamadas y mensajes en redes sociales y afirmó que fue víctima de un "hackeo". "Mi wifi es potente y pudieron usarla desde el edificio o la calle", dijo. Su abogado incidió en ello: "El ataque fue a los dos". Y señaló que en la actualidad están a la orden del día los casos de ataques con "virus" que permiten "manejar" un ordenador a distancia. O los de "clonaciones" que explicarían que el teléfono de su cliente aparezca como desde el que se hicieron las llamadas.