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Las otras víctimas de la huelga de buses

Los comercios de la terminal viguesa aseguran que sus ventas han descendido más de un 50%

La cafetería de la estación de autobuses, ayer, sin clientes debido a la huelga de transporte. // Alba Villar

Cualquier persona que se haya acercado hasta la estación de autobuses algún martes o miércoles de las últimas tres semanas se ha encontrado con un auténtico solar. La actividad es casi nula debido a la huelga de autobuses en Galicia y apenas se registran un puñado de entradas y salidas a lo largo del día. La situación es desesperante para muchos viajeros que desconocen los paros convocados por los sindicatos y que se encuentran sin servicio de transporte. Pero no so son los más damnificados. Los comercios de la terminal viguesa están viviendo uno de los momentos más duros de los últimos años y la gran mayoría reconoce que sus ventas se han reducido más de un 50% durante el periodo de huelga. "Los usuarios tienen la fortuna de que si no disponen de un autobús con el que desplazarse a otra ciudad pueden acudir a la estación de tren, que está aquí al lado, pero nosotros no podemos cerrar la verja y abrir un nuevo local mañana", apunta Javier Vega, propietario de una tienda de comestibles y que lleva más de veinte años trabajando en la terminal.

La angustia por el devenir de los acontecimientos es compartida por todos los comerciantes del lugar, que temen que la amenaza de un paro indefinido se haga realidad a partir del próximo jueves, tal y como anunciaron los sindicatos recientemente. "Si es así no nos compensa estar aquí. Es mejor cerrar porque los gastos serían mayores que los beneficios y ya tenemos que pagar un alquiler", comenta Faleh Al Gasham, quien asegura que "esta situación es peor que cuando se inauguró el Álvaro Cunqueiro y nos arrebató decenas de pasajeros".

Su facturación, como la de los demás establecimientos de la estación, se ha desplomado. El hecho de que las jornadas escogidas por los sindicalistas sean entre semana perjudica doblemente. "Normalmente tenemos la cafetería llena y estos días está casi vacía. Solo vienen trabajadores o piquetes", señala Francisco Javier Laíns, dueño del local, quien reconoce que los paros pueden obligarle a prescindir de algún empleado. "Contratamos a un chico en verano y si la huelga se hace indefinida tendremos que decirle que no puede seguir", lamenta.

Los paros llegan en plena temporada alta de viajeros. Algunos de los cuales siguen llegando a la terminal para tratar de adquirir un billete. Es el caso de Alba Leiva y Noelia Medina, que tras doce horas en autobús desde Sevilla se encontraron con una estación desierta. "Queremos hacer el Camino de Santiago y no teníamos ni idea de que no podríamos ir en autobús hasta Tui", reconocen. Su única opción es la de viajar a Portugal y desplazarse desde allí hasta el sur de la provincia.

La del país vecino no es la única alternativa que tienen los pasajeros. Roi y Sophia Ochoa, de Ourense, intentaban reservar ayer dos plazas en la plataforma Blablacar para ir hasta la ciudad de As Burgas. "Viajamos mucho desde aquí y es la primera vez que nos encontramos con un problema así. Ahora nos tenemos que buscar la vida para volver a casa", apuntan.

Los piquetes retrasan la salida de algunos vehículos

  • La huelga de autobuses está siendo secundada por casi la totalidad de los conductores gallegos. Sin embargo, algunas compañías no respetan los servicios mínimos pactados y ofrecen más desplazamientos de los que les tocarían. Por ello, una quincena de piquetes frenan la salida de algunos vehículos desde la terminal viguesa para que lleguen con retraso a su destino. "Es la única forma pacífica que se nos ocurre para perjudicarles. Nos ponemos detrás de los autobuses hasta que llegan agentes de policía y nos piden que nos movamos", asegura uno de los sindicalistas. Normalmente la demora se alarga hasta la media hora. Las barreras humanas se forman ante aquellas empresas que parten hacia ciudades portuguesas o de otras comunidades y a las que no les afecta la reforma promovida por el Gobierno autonómico.

Faleh y Fco. Javier | Comerciantes

"Si continúa la huelga tendremos que cerrar o prescindir de personal"

Sophia y Roi | Viajeros ourensanos

"Ahora nos tenemos que buscar la vida para volver a casa"

Alba y Noelia | Peregrinas andaluzas

"No teníamos ni idea de que no podríamos ir en bus hasta Tui"

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