Cristales rotos, muros semiderruidos, desprendimientos de elementos de la fachada, maleza y escombros predominan en las ruinas de las antiguas naves del Grupo de Empresas Álvarez (GEA) en Cabral y Coruxo, cuyos propietarios acaban de ser multados por el Concello por incumplir la orden de adopción de medidas urgentes de seguridad y obras de conservación de las estructuras para garantizar la seguridad del inmueble, de la vía pública y de los edificios colindantes.

La sanción coercitiva asciende a 5.000 euros -3.000 por las parcelas A y B de Cabral y 2.000 por la finca de Coruxo- que será reiterable cada tres meses hasta que se ejecute la totalidad de las obras ordenadas. Además, las sanciones podrían elevarse hasta los 18.000 euros (6.000 como máximo por cada una de las tres parcelas).

Las cartas de pago ya han sido expedidas por parte de la Gerencia de Urbanismo a las tres inmobiliarias propietarias de los solares, Residencial El Rocío (con el 53,42 por ciento), Inversiones Subel (24,51 por ciento) y Naerama Grup S.L. (22,07%) con los pagos divididos en función del porcentaje de cada una de ellas en los solares aunque desde el Concello también se advierte de que la responsabilidad es "solidaria" por lo que podrá dirigirse contra cualquiera de ellas por las cantidades pendientes en los tres expedientes abiertos al respecto.

Denuncia de los vecinos

La sanción por el estado de la finca de GEA (donde se ubicaba la fábrica de Moahsa) en la carretera de Camposancos partió de una denuncia de la asociación de vecinos de Coruxo en diciembre de 2015 por el abandono y el defectuoso estado de conservación y el inherente peligro que entrañan las estructuras y la propia finca, convertida en un inmenso vertedero en el que se apilan toneladas de loza de la fábrica pero también enseres de todo tipo como ruedas, muebles, plásticos y material de obra. Pese a que en abril de 2016 se procedió a la limpieza de la finca y se instaló una valla perimetral de seguridad, poco más de un año después la maleza vuelve a invadir el solar y a lo largo de la verja se han abierto varios huecos por los que se puede acceder al interior y también la entrada se encuentra abierta con frecuencia. De hecho, ya en su momento Urbanismo no aceptó las medidas de seguridad adoptadas y daba en junio del año pasado un "plazo improrrogable" de seis días para ejecutar las obras sin que las propietarias hayan solicitado ni siquiera la licencia para ello.

Por su parte, el expediente por el solar de Cabral se inició de oficio por parte del inspector de urbanismo, que en marzo de 2016 comprobó las deficiencias en cuanto a la seguridad que presentaban las parcelas A y B en las que se divide el terreno, así como la invasión de la finca de maleza. En estos dos expedientes, uno de los tres propietarios comunicó que había solicitado presupuesto para la adopción de las medidas de seguridad ordenadas y otro pidió una ampliación del plazo para llevar a cabo las medidas sin que ninguno de ellos ni tampoco el tercero hubiesen llevado a cabo ninguna actuación de las ordenadas una vez "transcurridos ampliamente los plazos otorgados".

Por ello, tras ratificar el pasado mes de mayo que no se cumplió la orden municipal en ninguna de las fincas, el Concello ha impuesto una multa coercitiva que se continuará imponiendo trimestralmente hasta que se ejecute la necesaria demolición de las estructuras ya que tras casi dos décadas sin actividad parece poco probable que las estructuras se puedan asegurar de algún otro modo.

En los informes, asimismo, Urbanismo también recuerda que cabe la posibilidad de que sea la Administración local la que asuma la ejecución subsidiaria a cuenta de la propiedad, exigiéndole no solo el importe de los gastos sino también por los daños y perjuicios ocasionados.