El hallazgo de restos de pescado de hace 1.700 años no fue el único descubrimiento de los investigadores en Adro Vello. Para llegar a una de las piletas tuvieron que retirar una lápida en la que aparecieron restos óseos de siete personas, cuatro menores y tres adultos. "El hecho de que no se construyese nada encima suya ayudó a que estén muy bien conservados", explica Olalla López, investigadora del Departamento de Zoología, Genética y Antropología Física de la Universidad de Santiago.

La aparición de estos huesos confirma al yacimiento de O Grove como una de las necrópolis más grandes que existen en Galicia.

Ahora, a partir de los restos localizados, los investigadores se centrarán en el estudio de los hábitos de vida que tenían estas personas. Además, los trabajos podrán determinar que tipo de enfermedades pedecieron, ya que uno de los cuerpos encontrados presentaba una costilla rota, otro tenía artritis en los huevos y un tercer signos de estrés. También estudiarán que tipo de dieta llevaban a cabo.

El yacimiento lo forman una villa romana, una necrópolis de inhumación, la planta de una iglesia visigótica y elementos de una fortificación de la Baja Edad Media hecha como protección ante posibles agresores que llegasen por mar.