-¿ Por qué tardan tanto obras en Beade que se vieron necesarias desde el inicio y, algunas, prometidas para el primer trimestre?
-La administración tiene sus procedimientos y hay obras que sufrieron cambios varias veces, como el banco de sangre. Quiero poner en valor las que sí se están haciendo. Hay obras en Pizarro, Meixoeiro y Cunqueiro. Combinarlas con la actividad no es sencillo y hay que ser prudentes.
-Las del aula hospitalaria no afectan a la asistencia.
-No tenemos clara aún la idea. Ahora puede que haya algún cambio y quede claro.
-¿Se reformará urgencias con el acercamiento de rayos?
-Es posible o no, depende de lo que decidan los profesionales y no se ponen de acuerdo. Las necesidades del paciente están cubiertas, puede que con un exceso de gasto de personal, de celadores, pero no vamos a usar dinero público para algo que deje a la mitad de la plantilla indiferente, cuando no enfrentada.
-¿No está una dirección para tomar decisiones cuando el debate se alarga demasiado?
-En algunos casos sí, pero no está para imponer su criterio. Lo primero es el paciente y aquí está bien entendido. Son pequeñas obras, las grandes se concentran en el Meixoeiro: medicina nuclear, unidad de mama y rehabilitación. Aspiro a que estén licitadas este año y que a finales o a principios del que viene estén en ejecución.
-¿Cuándo estará en marcha el laboratorio central?
-En el último trimestre.
-¿Van a hacer alguna obra en el centro de salud de López Mora?
-Es alquilado. Es cierto que debería mejorar, porque su situación es mala. Estamos priorizando la descongestión de los pacientes que tienen centros más próximos a su residencia, como Navia.
-¿Cuánta gente moverá?
-No mucha, porque lo que estaba abierto en Navia es un cupo, de 1.500 personas.