Las gestiones administrativos llevan ritmo de AVE en Langosteira y de tren a vapor en el sur. El BOE publicó el lunes la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del acceso ferroviario al puerto exterior de A Coruña, un trámite por el que la variante ferroviaria de Cerdedo -clave para que Vigo y toda su comarca dispongan de una conexión directa de alta velocidad con la meseta- espera desde hace ya varios años. La velocidad del enlace de Langosteira contrasta también con la que lleva el servicio ferroviario en los muelles de Bouzas, en Vigo, que carecen siquiera de fecha a pesar de la intensa actividad que registran.

En los próximos meses se estima además que estará listo el proyecto constructivo del enlace de Langosteira, ya contratado. Bien distinto es el tempo que lleva la tramitación de la variante de Cerdedo. El origen de esta infraestructura -cuya importancia recalcan instituciones, vecinos y el tejido empresarial del sur de Galicia- se remonta a hace casi una década y media, cuando Francisco Álvarez Cascos estaba al frente del Ministerio de Fomento, y desde entonces ha permanecido embarrado en las administraciones. Tras recibir una primera evaluación ambiental positiva, la necesidad de rectificar el trazado obligó a arrancar otro proceso que aún no ha finalizado. En una carta enviada hace poco al alcalde, el ministro Íñigo de la Serna explicaba que la DIA de Cerdedo se encuentra pendiente en la actualidad de informes de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Augas de Galicia y la Dirección Xeral de Conservación da Natureza.

La conexión ferroviaria de Langosteira tendrá una longitud de 6,55 kilómetros, de los que buena parte (4,52 km) irán bajo tierra. El coste estimado del proyecto es de 120 millones de euros, una cantidad que se sumará a la gigantesca inversión ya realizada en el conjunto del puerto exterior, que va camino de los mil millones. Asfixiada por el coste de la infraestructura, a lo largo de las últimas semanas la Autoridad Portuaria de A Coruña ha deslizado en varias ocasiones que necesitará el apoyo de la administración central para asumir la inversión. Hace solo una semana su presidente, Enrique Losada, reconocía la "delicada situación financiera" de la entidad, que acumula una deuda de 315 millones. De hecho acaba de refinanciar varios de sus créditos.

Poco antes el Tribunal de Cuentas apuntaba que el enlace ferroviario del puerto exterior costaría unos 132 millones y recordaba que ni la UE ni el Fondo de Accesibilidad Portuaria de Fomento la han seleccionado. En su informe, este organismo alertaba también de que la falta de financiación "supone riesgos adicionales" para que la obra esté en el plazo previsto, que la Autoridad Portuaria de A Coruña fija a finales de 2021. Con tono crítico, el órgano fiscalizador cuestionaba la previsión de ingresos de 2004 y el sobrecoste que acumula la obra, que sitúa en el 27%.

No es la primera auditoría que cuestiona la inversión multimillonaria realizada en Langosteira. Hace menos de un año el Tribunal de Cuentas Europeo emitía otro documento en el que concluía que el gasto comunitario realizado en la infraestructura había resultado "innecesario". En concreto, concluía que el 95% de los fondos destinados habían sido "ineficaces". Según el plan de empresa para 2017 del Puerto de A Coruña, más de una década después de que arrancasen las obras de Langosteira solo el 10% de sus 200 hectáreas destinadas a empresas están ocupadas.