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Zona Franca apagará la luz en Bouzas para reducir la contaminación

Solo permanecerá encendido el perímetro del relleno y con LED tenue

Al fondo, las torres de luz iluminan el ámbito de Zona Franca en Bouzas. // R. Grobas

La remodelación urbanística del ámbito de Zona Francaborrará del paisaje nocturno vigués una de sus estampas más características, la del relleno de 200.000 m2 iluminado desde potentes torretas de luz. El apagón de este inmenso espacio para reducir la contaminación lumínica constituye una de las medidas estrella del plan diseñado por el consorcio que transformará su estética bajo los parámetros de Breeam, la certificación de construcción sostenible líder a nivel mundial. Entre los cambios proyectados destacan el aumento de zonas verdes, nuevo acceso para peatones y bicis, tráfico controlado con lectores de matrícula y cámaras de vigilancia anti-intrusión.

"El inmenso relleno a oscuras será lo que llame más la atención", asume José Ramón Torres, director del departamento de Servicios Técnicos y Obras de Zona Franca. La desconexión de estas lámparas presentaba como principal inconveniente su compatibilidad con el tráfico de camiones que registra el recinto franco, de un tráiler cada media hora durante las noches. Pero un sistema de gestión inteligente y selectiva de la iluminación ofreció la solución al encargarse de guiar al chófer hasta esas zonas donde suelen aparcar o depositar vehículos. "Las luces se controlarán en función de las necesidades. De manera que si un camión entra, al tener registrada la matrícula, se encenderá solo la zona a la que se dirija. Y si no está registrado será el vigilante quien ilumine solo el carril por donde circule y solo el espacio donde estacione", explica.

Dentro del objetivo de reducir la contaminación lumínica se sustituirán las lámparas actuales por luces LED, lo que a su vez redundará en un ahorro energético. Este tipo de lámparas, aunque de intensidad tenue, se colocarán a lo largo del perímetro, que será lo único que permanezca encendido de noche.

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La construcción de un nuevo puesto de control de accesos es otra de las novedades de la remodelación de un polígono donde trabajan 600 personas (sumando las plantillas de las oficinas del consorcio y las de las empresas de las tres naves adyacentes). Desde esta "garita de diseño" el guarda visualizará todo lo que ocurra dentro de esos 200.000 m2 -incluidos los 35.781 de la concesión de la Autoridad Portuaria- tanto de día como de noche a pesar de la desconexión de las luces, y tampoco necesitará estar pendiente de los monitores. La instalación de 19 cámaras de última generación "anti-intrusión" avisará mediante alarmas al vigilante de cualquier cambio de escena sospechoso.

Dentro del recinto, la circulación se redefinirá con el objetivo de eliminar el riesgo de accidentes. Habrá una indicación inequívoca, con señales amarillas marcando los carriles reservados a turismos, y azules para los tráilers. O como indica el responsable del proyecto, "el tráfico pesado se concentrará en el centro del ámbito, lo más cercano a las naves, mientras que el de los vehículos ligeros se canalizará por los laterales". También cambiarán los accesos. Se eliminará el destinado a los asistentes a actos organizados por la institución y se abrirá al sur del polígono uno nuevo, mixto para peatones y bicis. Ante el creciente uso de la bicicleta entre los trabajadores se decidió habilitar un carril bici que conectará las tres naves y el de la sede del consorcio estatal.

Las zonas verdes experimentarán un notable incremento. En torno a las tres naves se crearán solo 500 m2 pero alrededor del edificio de Zona Franca la superficie ajardinada sumará 2.300 m2. "El entorno de nuestras oficinas se convertirá en una isla verde rodeada de jardines y bandas de aparcamiento filtrante", apunta al responsable de las obras. Esto no aumenatará el consumo de agua. Para el riego de estas zonas se reutilizarán las aguas pluviales recogidas en las cubiertas de las naves. Y el caudal sobrante se canalizará a dos depósitos para emplearlo en caso de incendios. "En realidad todas las medidas supondrán un cambio funcional importante", resume Torres.

La inversión supera los tres millones

  • Las mejoras planteadas para el polígono de Bouzas han sido presupuestadas en 3,5 millones de euros. Desde la institución que dirige Teresa Pedrosa precisan que esta inversión forma parte de las comprometidas en las negociaciones con la Autoridad Portuaria a cambio de renovar su concesión.Los técnicos de Zona Franca prevén que el proyecto definitivo del plan de mejora urbanística de su ámbito boucense esté listo el próximo septiembre, de modo que entre finales de este año y principios del próximo podrían iniciarse las obras. Se prevé un plazo de ejecución de cuatro meses.Dentro de dicho plan se contempla la modificación del cierre perimetral. El proyecto de esta actuación ya está elaborándose y cambiará por completo la fisionomía de esa verja que linda con el paseo público al borde del mar. "El diseño variará en función de las necesidades", precisan desde el consorcio. Así, en el ámbito orientado al del Puerto ("Parcela D"), por ejemplo, la verja será más compacta, una decisión motivada por los daños puntuales registrados por la gravilla procedente de la senda marítima.

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