A lo largo de sus miles de años de antigüedad, las cerca de 600 piezas arqueológicas que componen la colección de José Manuel García de la Villa han pasado por guerras, invasiones, infinidad de tormentas, aguaceros y veranos de sequía, revoluciones tecnológicas... incluso por el "boom" del ladrillo que -en las últimas décadas- arrasó con no pocos yacimientos del país. Sin embargo, a pesar de esa larga y agitada singladura, los últimos meses de las piezas han sido especialmente movidos.

A mediados de enero la viuda del psiquiatra García de la Villa, que era quien había reunido la colección en su juventud, decidió deshacer del material. Su marido había fallecido en 2014 y desde hacía año las piedras acumulaban polvo en el trastero de casa. Durante una limpieza, unos obreros sacaron las cajas que contenían las piezas y las arrojaron a unos sacos para escombro amontonados en la calle Paz, en Torrecedeira. Allí, entre trozos de ladrillo, fragmentos de hormigón y tablas apolilladas, las encontró poco después una pareja. Al reparar en la forma de las piedras -muchas son bifaces tallados- y en que la mayoría estaban minuciosamente etiquetadas, decidieron avisar a la Policía Local, que a su vez contactó con la arqueóloga del Concello. Ese mismo día el material se trasladó al Museo Quiñones de León. Entonces era pronto para determinar el valor exacto de la colección, pero ya se sospechaba que podía tener cierto interés histórico.

Ahora, varios meses después, los técnicos contratados por el Concello confirman aquella primera intuición. La vieja colección de García de la Villa tiene un "evidente interés" histórico y reúne herramientas y trozos de cerámicas de miles de años de antigüedad. En total los especialistas contabilizaron 594 piezas repartidas en 11 cajas distintas. La inmensa mayoría (266) proceden de la costa suroeste de Galicia, más concretamente de A Guarda. Hay también material que se relaciona con Ourense y otro con Salamanca. Todas esas piezas las habría recogido el psiquiatra hace décadas, impulsado por su hambre de saber y afición a la arqueología. En la capital charra, García de la Villa había estudiado de joven, lo que explicaría las piezas que los expertos vinculan con puntos próximos a aquella ciudad, como la Azucarera de Salamanca, El Berrueco o Algabate. Las piezas de Ourense tendrían una explicación similar: el médico podría haberlas recogido durante el tiempo que trabajó en el psiquiátrico de Toén.

Además de concretar el origen del material, el informe de los peritos aporta también algunos detalles sobre su antigüedad y características. Por ejemplo, entre las herramientas procedentes de A Guarda hay numerosos "picos camposanquienses", un utensilio que se relaciona con la actividad marisqueira y el trabajo de la madera; así como pesos para redes. Hay bifaces y también cerámica de características prehistóricas. Los técnicos contratados por el Concello anotan que entre el legado de García de la Villa se identifica "un importante conjunto de fragmentos cerámicos prehistóricos, protohistóricos y romanos, procedentes tanto de yacimientos gallegos, como de otros puntos de las proximidades de Salamanca". "Se identifica una serie amplia de fragmentos cerámicos que concordarían bien con materiales típicos del ciclo galaico romano", anota.

Al valorar las 11 cajas, los arqueólogos destacan de forma especial las herramientas de origen paleolítico, fechadas en un período comprendido entre los 300.000 y 100.000 años. Los "picos camposanquienses" de A Guarda son un poco más recientes y los relacionan con una "cronología mesolítica (9.000-6.9000 años)".

A modo de colofón, los técnicos subrayan el "evidente interés" histórico del material y aconsejan inventariar todas las piezas y ahondar en su procedencia. Para "la adecuada conservación" de las piezas, también recomiendan embolsar las herramientas de forma individualizada y con material protector. Por último apuntan la posibilidad de contactar con el museo provincial de Salamanca, de donde procedería parte de las herramientas líticas. Desde la dirección del Quiñones de León se reconoce que el material es "bastante interesante".