"Pellízcame para ver si estoy soñando", le pedía Erik Ojea a su madre tras conseguir que uno de sus superhéroes favoritos le firmara un cómic. No duda un segundo en asegurar que ha sido "el mejor día" del mes que ya lleva ingresado en Pediatría del Álvaro Cunqueiro. Y el que lo hizo posible fue Spiderman, que ayer se descolgó desde la azotea del complejo de Beade hasta su planta tercera con la misión de sacar unas sonrisa a los niños ingresados. Es la primera vez que el hombre araña desciende por la fachada de un hospital en España, según lo que han podido comprobar los organizadores.

Después de recibir el chivatazo sobre la visita y pegados a las cristaleras de la zona de hospitalización de Pediatría, una treintena de chavales con sus padres esperaban ansiosos a que Spiderman se dejara ver. Izan Álvarez, de 8 años y hospitalizado desde el martes aguantaba la espera contando que deseaba verlo como más le gusta "lanzando telarañas y trepando". "¡Qué loco está!", exclamaba Carlos, cuando le explicaban que aparecería por algún punto de la fachada.

Y surgió descendiendo desde lo alto del edificio, de seis plantas, hasta la tercera, donde está Pediatría. Lo hizo usando "técnicas de progresión y posicionamiento mediante cuerdas" o rápel con cuerdas. Expresiones de asombro y sonrisas bien amplias iluminaron los rostros de los más pequeños cuando la cabeza del superhéroe empezó a asomar por las cristaleras. También hubo algún que otro esbozo de llanto, con el susto de ver al enmascarado frente a frente. Spiderman deleitó a sus espectadores con numerosas poses y con saltos que lo separaban del cristal mientras hacía su famoso gesto de lanzar telarañas, lo que provocó las carcajadas de los niños.

"De película", describe lo vivido Yaiza Iglesias, de 3 años y que lleva 6 días en el hospital. Ella le lanzó un beso y él le respondió formando un corazón con las manos. Para Erik Ojea, de 14 años, fue un día muy especial. "Impresionante, no tengo palabras", responde, calzado con unas zapatillas de Spiderman. Brian Lago, de 4 años, que acudía a ver a su madre y su hermano ingresados, también se quedó encantado con su superhéroe "favorito" y los cómics que luego les regalaron, cortesía de Banda Deseñada. Como buen enmascarado, ni Spiderman ni la empresa de trabajos verticales que hizo posible la visita desvelaron su identidad. "La magia es que sea secreta", destacó. Colaboraron varias empresas, como Don Disfraz e Islandia.