Las obras para mejorar la seguridad de la A-55 entre Vigo y O Porriño, una de las autovías con mayor siniestralidad de España, se prolongarán más de lo que anunció en su día Fomento. Cuando en octubre de 2015 arrancaron los trabajos en el vial, el ministerio manejaba un plazo de ejecución de poco más de año y medio que se cumple este mismo mes. Ahora, sin embargo, asegura que ha decidido ampliar hasta septiembre de 2018 la "fecha límite" para completar el proyecto. En la práctica, el plazo de ejecución se dispara así de los 19 meses previstos en un inicio a cerca de 34.

El argumento que el departamento que dirige Íñigo de la Serna esgrime para ese retraso, que se acordó el pasado diciembre, es la complejidad de trabajar con los suministros que atraviesan el vial. "El motivo fue la presencia de varios servicios afectados, como líneas eléctricas, iluminación, cableados de la DGT y servicios urbanos; y se hizo para minimizar las afecciones en el entorno urbano en el que se implanta la obra", zanja Fomento.

Al prolongar el plazo de ejecución, el Ejecutivo ha decidido también "reajustar las anualidades vigentes". La inversión total prevista en la mejora de la A-55 asciende a 5,98 millones de euros. En los últimos Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno reservaba 5,8 millones para reforzar la seguridad en la Autovía de las Rías Baixas y la A-55 entre Vigo y O Porriño.

El ministerio insiste en cualquier caso en que las obras están avanzando. Los trabajos en la autovía empezaron a finales de octubre de 2015 -se celebraron con un acto institucional al que asistió el Secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar- y durante meses avanzaron de forma visible, con destierres y labores de asfaltado. Desde hace un tiempo, sin embargo, su ritmo parece haberse ralentizado. Fomento insiste en que las obras "se están realizando". "No ha habido ningún problema ni paralización más allá de las afecciones propias de este tipo de obra", recalcan, tajantes.

En el acceso y salida de Vigo por la A-55 son visibles ya tramos de carriles que se incluyen dentro del proyecto. En el mismo punto y a lo largo de otros de la autovía la señalización es también de obra, con indicadores especiales, pintura amarilla para delimitar los viales y una velocidad limitada en algunos trechos a 60 km/h, veinte por debajo de lo habitual.

El proyecto que presentó en 2015 Fomento responde a una reclamación histórica de Vigo y su comarca, que desde hace años exigen fórmulas que mejoren la seguridad de la A-55 entre la ciudad y O Porriño, un tramo especialmente peligroso. De hecho el proyecto de obra que dio a conocer hace dos años el Gobierno central incluía un completo estudio que concluía que los 14 kilómetros de autovía entre Vigo y el municipio del valle del Louriña superan con creces el índice de peligrosidad de vías similares. En concreto, consideran que es cinco veces mayor que el que los conductores se encuentran, por término medio, en las autovías del país. No es el único documento que lanza una afirmación similar. Año tras año los estudios de Fomento y de Automovilistas Europeos Asociados otorgan a las curvas de Tameiga el triste honor de ser el punto kilométrico más accidentado de la red nacional de autovías. Los 14 kilómetros que distan de Vigo a O Porriño concentran para la DGT cinco Tramos de Concentración de Accidentes. Aunque la climatología contribuye a esa elevada peligrosidad, por las abundantes lluvias y los bancos de niebla, los técnicos coinciden en que buena parte de la responsabilidad es del diseño de la A-55 y la escasa visibilidad que tiene en ciertos puntos, un hándicap que lleva a los expertos a plantear una reforma integral.

Para paliar esa elevada peligrosidad, el proyecto de adecuación y mejora de la seguridad de la A-55 contempla varias actuaciones entre Vigo y O Porriño. Según los datos que se facilitaron en 2015, los técnicos plantean transformar incorpores directas en carriles de cambio de velocidad paralelos, lo que facilitaría la fluidez y evitaría accidentes por alcance. El proyecto prevé una importante remodelación de los accesos a la altura del Meixoeiro, así como nuevos viales de servicio y la ampliación de la estructura central de la autovía en tramos que destacan por su siniestralidad.

A mayores, el proyecto incluye una pasarela peatonal a la altura de Amieirolongo, en el municipio de Mos, y un nuevo enlace con glorieta. El plan de obra inicial planteaba acometer los trabajos en diez actuaciones distintas para entorpecer lo menos posible el tráfico en una autovía por la que transitan miles de coches. Hace varios años, circulaban por el vial 60.123 vehículos diarios en el tramo bajo, que transcurre entre el inicio de Mos y Puxeiros; y 39.686 en el más próximo a Vigo.