Una pregunta que hizo el fiscal a Manuel Hermida fue sobre unos vehículos Audi A4 y A6 que había en su casa por entonces. "Conduje algunos, eran de mi mujer", alegó el acusado. El fiscal aclaró que la cuestión de los coches "no era ninguna tontería". Con los ingresos económicos que los hermanos declaraban, dijo, no podrían adquirir esos turismos de alta gama.

Otra cuestión en la que se incidió es que pese a que la empresa de seguridad Galaica tenía domicilio fiscal en Santiago para Hacienda está claro que aquello era un "paripé" y que la actividad real de esa sociedad se hacía en Vigo, en la calle Figueiras, donde estaba una asesoría de los hermanos. Lo creen así, dijo el inspector, ya que, entre otros "indicios", en ese inmueble vigués hallaron un "armero con armas" de las que utilizan los vigilantes de seguridad.

En Galaica, en la época del presunto fraude fiscal, constaba como administrador un exempleado de los hermanos que trabajó en sus empresas de construcción. "Lo fui en los papeles, pero no ejercí, me fie de ellos", dijo este hombre, que para el fiscal era un "testaferro".