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Vigo-Madrid, más cerca

En el mes de junio de 1957 se inauguró el tramo de ferrocarril entre Ourense y Zamora, clave en el desarrollo económico de la ciudad

La antigua estación de Vigo, que ganó en viajeros a partir de 1957. // Magar

No fue sencillo construir una línea férrea de 249 kilómetros, necesaria e imprescindible para comunicar el sur de Galicia con la meseta. Durante muchos años, el viaje se realizaba por Monforte, con la lógica pérdida de tiempo. Además, en la estación lucense siempre se tenía que realizar un transbordo. Eso causa perjuicios a los viajeros y también a las empresas que utilizaban el tren para enviar sus mercancías.

Los historiadores desvelan que el primer proyecto de construcción de la vía entre Ourense y Zamora se realizó en el año 1864. Sin embargo, quedó en el olvido. Un informe oficial sacaba la conclusión que no era rentable debido a la escasa población en el entorno. Una decisión que levantó mucha polémica. Después de varios años sin acciones concretas, fue en 1917 cuando el alcalde de Medina del Campo lideró una comisión para pedir que se recuperara la iniciativa. Curiosamente, la primera reunión se celebró en Ourense y a la misma asistieron las autoridades de todas las instituciones gallegas, representantes de las cámaras de comercio y empresarios. Se adoptó la decisión de crear un grupo de trabajo. El Ayuntamiento de Vigo, consciente ya en aquel momento de la importancia estratégica de esa vía de comunicación, aprobó en un pleno municipal constituir un grupo de trabajo formado por seis concejales.

Se celebraron diversas reuniones. Muchas de ellas en Medina del Campo. Los asistentes contaban con un anteproyecto elaborado por un grupo de ingenieros. En el documento se detallaban las grandes dificultades que suponía realizar la obra, pero también los incalculables beneficios que generaría. Las conversaciones también se desarrollaron en Madrid.

Se llegó a un principio de acuerdo en 1927. Fue en ese año cuando se inició el llamado "Plan Guadalhorce", calificado en aquella época como el más ambicioso del ferrocarril en España. Se partía en cuatro partes. Formaban parte de los mismos los tramos Zamora-Puebla de Sanabria, Puebla de Sanabria-Ourense, Ourense-Santiago y Santiago-A Coruña. Las obras se iniciaron y se llegó a alcanzar la cantidad de 10.000 personas trabajando en la infraestructura.

Según el presupuesto, la inversión era de 266.100.000 pesetas de aquella época. La afrontaría, con la ayuda del Gobierno, la empresa Ferrocarriles de Medina a Zamora y de Ourense a Vigo (MZOV). Una vez terminadas las obras, tendría una concesión para explotar el servicio durante 99 años.

Pero se registraron numerosas dificultades. La Guerra Civil paralizó el proyecto. Y no se reanudó hasta varios años después. En la construcción participaron una gran cantidad de presos. Los trabajos se realizaron, en muchos casos, en penosas condiciones. Lo que en principio duraría 9 años se convirtió en el triple.

El primer tramo en servicio fue el de Zamora con Puebla de Sanabría. Pero en junio de 1957 se cerró la totalidad de los 249 kilómetros hasta Ourense. El tren expreso 5602, tipo 80, fue el primero en circular por el trayecto oficialmente. La inauguración la realizó Franco. El trazado no tenía doble vía, tal como se había previsto. Contaba con 29 estaciones o apeaderos, y 106 túneles o viaductos, según la documentación oficial. El túnel de Padornelo, con casi seis kilómetros de longitud, era el una de las estrellas de la obra. Los trenes podrían circular a una velocidad superior a los 50 kilómetros por hora.

En el mes de junio de 1957 Vigo dio un paso gigantesco en las comunicaciones con Madrid. La ciudad se vio beneficiada. Llegó más turismo. Las empresas mejoraban sus envíos a la capital. El puerto, tanto el comercial como el pesquero, aumentó su actividad. Todo fueron beneficios. Tomás Pérez Llorente, alcalde de Vigo, así lo dijo muchas veces durante los meses siguientes a la inauguración de la vía.

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